lunes, enero 24, 2011

Objetivos o Competencias

Autora: Laura A. Bárcenas Pozos
Publicado: La Primera de Puebla, 17 de enero de 2011

     A partir de que las competencias empezaron a introducirse en el mundo de las universidades públicas y privadas de todo el mundo, los responsables del diseño curricular han recibido la encomienda de construir propuestas curriculares basadas en competencias.  
     Lo que ha provocado todo un cambio en la forma de hacer, pensar y operar la educación en todos sus niveles pues pronto dichas competencias inundaron a la educación básica.
     Aunque un cambio educativo de la magnitud que representa el currículum por competencias es amplio y requiere de tiempo, queda claro que hay aspectos de la construcción curricular que desde el diseño no han sido abordados con la debida pertinencia para que las competencias operen de manera significativa en el aula, por lo tanto es probable que en el cambio sea sólo de forma y no de fondo. Comentaré tres de estos aspectos; el diseño de los planes de estudio, la formación de directivos y gestores y la formación de profesores.
     Pero antes de iniciar este análisis, dejaría claro a nuestros lectores que es una competencia. En educación se entiende por competencia el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, valores, destrezas, etc., es decir, todos los aspectos con los que cuenta una persona para responder de manera integral a una tarea en un determinado momento, haciéndose evidente por la forma en cómo el sujeto se desempeña frente a la acción solicitada.
     Volviendo al discurso central de este escrito, el diseño de los planes de estudio sigue centrado en el contenido y no en las competencias, es decir los currículos de la mayoría de las instituciones educativas, incluyendo a los de educación básica, siguen organizados por temáticas disciplinares, seccionando el conocimiento como si así operara en la realidad, acomodando las competencias al contenido, dejando claro, que el conocimiento sigue en el centro del diseño de los planes de estudio.
     Por otro lado, los directivos y gestores de las instituciones educativas no reciben formación sobre cómo funcionan en la práctica educativa las competencias y tampoco en la vida diaria, permaneciendo las acciones de gestión y operación de las escuelas de la misma forma como operaban antes de que surgieran las competencias, no dando oportunidad a que las acciones educativas sean más integrales en las  prácticas docentes y prácticas de aprendizaje.
     Los profesores reciben formación en cascada y en cursos que duran los suficiente para enterarse que hay un cambio educativo, pero no para tener claridad de en qué consiste éste, ni para hacer cambios permanentes en la práctica pedagógica del profesor en el aula. Además, en la mayoría de los casos se han establecido formatos de planeación en donde se consideran objetivos y competencias; sin embargo las competencias en sí misma ya son intenciones educativas a lograr en un curso, en un bloque o en una clase, entonces porqué tendríamos que seguir planeando en función de objetivos, cuando los objetivos son de una corriente educativa llamada conductismo ya caduca, que tuvo su auge en la década de los sesenta y setenta del siglo pasado.
     Me parece que si queremos un verdadero cambio educativo que efectivamente esté enfocado en las competencias, es pertinente que empecemos a pensar, diseñar, traducir, gestionar y consumir la educación desde el ámbito de las competencias y con esto me refiero a que tenemos que pensar planes de estudio que están más centrados en que el alumno desarrolle competencias y no en que aprenda temáticas. Esto no quiere decir que el conocimiento no sea importante, claro que lo es, sobre todo en las instituciones de educación superior en donde se forma para desempeñar una profesión, sin embargo por sí solo no es suficiente para desempeñarse, se requieren de habilidades, destrezas, actitudes y valores que los acompañen para responder a una situación determinada en un momento determinado.
     Igualmente tenemos que pensar escuelas organizadas de manera diferente, en donde los profesores mezclas sus acciones, piensan proyectos para que los desarrollen sus estudiantes, trabajan sobre las mismas competencias para potenciarlas de mejor manera, buscan juntos las mejores estrategias para desarrollar éstas, etc. Entonces se tendría que estar considerando espacios de formación para directivos y  gestores que favorecieran que sus profesores planearan juntos, tuvieran diálogos e incluso discusiones de cuál es la mejor manera de trabajar las competencias en el aula y fuera de ésta, se construyeran más espacios en donde se trabajaran habilidades, así como destrezas aplicando el conocimiento y se reflexionara sobre la mejor forma de enfrentar una tarea en beneficio de una mayoría, entre otras cosas.
     Por su parte los profesores tendrían que empezar a ceder los espacios de acción a sus estudiantes, dándoles la palabra, explicándoles menos y dejándolos hacer más, considerando que las competencias se desarrollan practicando las competencias y no explicando cómo deben operar éstas. Diseñando estrategias de aprendizaje en donde el fin sea una competencia y no un objetivo. Lo que se requiere para un real cambio educativo basado en competencias, es un cambio planeado en competencias y no en objetivos desde amplio diseño curricular, hasta el que sucede en la práctica diaria.











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