miércoles, junio 08, 2011

La fundación del IPN y los retos que enfrentamos

Autor: José Rafael de Regil Vélez
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 02 de junio de 2011

     El pasado 20 de mayo como cada año, desde 1980, se celebró el día del Instituto Politécnico Nacional. Para algunos es una fecha más, para muchos la efeméride es oportunidad de pensar en la historia de México y los desafíos que los mexicanos han enfrentado y enfrentan en la búsqueda de opciones para vivir con plena dignidad humana.
     En la década de los años 30 del siglo pasado, durante el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas, se veía la necesidad de hacer viable un país con mejores condiciones de vida que las que hasta ese momento se habían tenido incluso tras la revolución. El mandatario michoacano confiaba en que el bienestar nacional se desprendería de la industrialización del país, la mexicanización de los procesos productivos y la emergencia de las clases campesina y obrera tanto de las condiciones materiales de vida como en su papel político.
      En ese contexto el general y su equipo de trabajo, especialmente el de la Secretaría de Educación Pública, se dio a la tarea de proyectar una institución de educación técnica que potenciara la formación obrera (pre-vocacional), técnica (vocacional) y profesional (ingenierías, licenciaturas) con la cual se sumaran a la economía nacional cuadros claramente capaces de generar desarrollo. Así nació el Instituto Politécnico Nacional, suma de distintas escuelas médicas, administrativas, ingenieriles que existían con el nombre de nacionales aunque radicadas en el DF.
      De entonces a la fecha el Poli ha crecido. En su estadística 2009 señalaba tener más de ciento cincuenta mil alumnos, en más de doscientos cincuenta programas educativos impartido en 81 unidades académicas. Cuenta con importantes centros de investigación. Hoy es dirigido por una mujer. Tal vez ninguno de sus fundadores imaginó este devenir y mucho más, pues al lado de esta institución hay tecnológicos y universidades politécnicas en prácticamente todos los estados del país.
      Y sin embargo los retos perviven: amplias capas de la población mexicana viven en niveles de miseria y pobreza, las clases medias se han atomizado y la riqueza está ridículamente concentrada en pocas manos; no se ha logrado cobertura real de salud, educación. La infraestructura nacional es en mucho carente. La educación sigue siendo necesaria. Cabe la pregunta ante todo esto: si la educación técnica no ha sido suficiente para un México diferente, ¿cuál es la que debemos tener? ¿con cuál habrá que soñar?, ¿cómo la habremos de concretar?
      El empuje de los fundadores del IPN puede ser un testimonio estimulante para que nosotros en nuestro tiempo enfrentemos con creatividad y ambición los desafíos de la actual época.

No hay comentarios.: