Autora: Laura Angélica Bárcenas Pozos
Publicado: Síntesis Puebla, 10 de julio de 2011
Hace como un mes estuvo en La Ibero Puebla el Doctor Emilio Martínez de la Universidad de Murcia, España; hablándonos de las preguntas que los profesionales se hacen referente a los dilemas éticos que enfrentan, sea cual sea su disciplina, al involucrarse en la práctica real de su profesión.
Al tratar este tema, el Doctor Martínez empezó diciendo que en las sociedades habitamos diversos grupos con distintos intereses y valores, algunos de estos son propios de cada grupo y otros son compartidos con otros; sin embargo, hizo hincapié en esos valores que todos los grupos sociales deberíamos compartir y practicar para tener una sana convivencia.
El Doctor Martinez los llama "valores cívicos", pues en nuestra relación con los otros deberían estar siempre presentes. Y estos son: libertad responsable, igualdad cívica, solidaridad universalista, respeto activo, y apertura al diálogo. Llamó mucho mi atención como estos valores no sólo tienen nombre sino apellido, que es lo que determina su cualidad.
Libertad responsable, es decir, cada sujeto puede actuar con libertad, siempre y &Liando responda de los actos que lleva a cabo, pero también de los que no, de lo que optó y de lo que no optó. La igualdad cívica se refiere a que, ante la ley, todos tenemos igualdad de derechos y obligaciones, sin distinción de raza, credo, género, preferencia sexual, condición física o intelectual, etc. Solidaridad universalista, tiene que ver con apoyarnos entre todos los miembros de la sociedad, considerando el mayor bien común, pero atendiendo las necesidades de aquellos que no reciben los beneficios directos de la solidaridad.
El respeto activo es que todos tenemos derecho a decir lo que pensamos, aunque eso no sea del acuerdo socialmente aceptado; y que cualquier persona tiene la obligación de escuchar a quién se manifiesta, sin descalificarlo, sino otorgándole el beneficio de la duda, en caso de no estar de acuerdo, con una mente abierta, bajo el principio de que "nadie tiene nada totalmente bajo control o dominado". Finalmente, está la apertura al diálogo que se liga totalmente al anterior, pues bajo el respeto activo se generará un dialogo inteligente y dialéctico que siempre nos conduce a aprendizajes, comprensiones, acercamientos y da la posibilidad de convivir digna y sanamente con los otros que no comparten nuestras visiones del mundo.
Al tratar este tema, el Doctor Martínez empezó diciendo que en las sociedades habitamos diversos grupos con distintos intereses y valores, algunos de estos son propios de cada grupo y otros son compartidos con otros; sin embargo, hizo hincapié en esos valores que todos los grupos sociales deberíamos compartir y practicar para tener una sana convivencia.
El Doctor Martinez los llama "valores cívicos", pues en nuestra relación con los otros deberían estar siempre presentes. Y estos son: libertad responsable, igualdad cívica, solidaridad universalista, respeto activo, y apertura al diálogo. Llamó mucho mi atención como estos valores no sólo tienen nombre sino apellido, que es lo que determina su cualidad.
Libertad responsable, es decir, cada sujeto puede actuar con libertad, siempre y &Liando responda de los actos que lleva a cabo, pero también de los que no, de lo que optó y de lo que no optó. La igualdad cívica se refiere a que, ante la ley, todos tenemos igualdad de derechos y obligaciones, sin distinción de raza, credo, género, preferencia sexual, condición física o intelectual, etc. Solidaridad universalista, tiene que ver con apoyarnos entre todos los miembros de la sociedad, considerando el mayor bien común, pero atendiendo las necesidades de aquellos que no reciben los beneficios directos de la solidaridad.
El respeto activo es que todos tenemos derecho a decir lo que pensamos, aunque eso no sea del acuerdo socialmente aceptado; y que cualquier persona tiene la obligación de escuchar a quién se manifiesta, sin descalificarlo, sino otorgándole el beneficio de la duda, en caso de no estar de acuerdo, con una mente abierta, bajo el principio de que "nadie tiene nada totalmente bajo control o dominado". Finalmente, está la apertura al diálogo que se liga totalmente al anterior, pues bajo el respeto activo se generará un dialogo inteligente y dialéctico que siempre nos conduce a aprendizajes, comprensiones, acercamientos y da la posibilidad de convivir digna y sanamente con los otros que no comparten nuestras visiones del mundo.
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