Autor: Ramón Felipe Tecólt González
Publicado:
La Primera de Puebla, 25 de enero de
2012
Soy
un apasionado de la fotografía y afortunadamente me tocó aprender el proceso
“analógico” del revelado y la impresión así como el proceso digital. Aunque la
fotografía moderna no se compara en ciertos aspectos a la tradicional, es
triste observar cómo, al paso de los años, se va perdiendo este arte tan
sublime.
Era
emocionante entrar al cuarto obscuro y hacer mil malabares para extraer la
película del pequeño “rollo” para posteriormente realizar otro tanto para
lograr insertar la cinta en el carrete del tanque de revelado de forma
correcta. Vaciar químicos, dar volteretas (al tanque), aplicar baño de paro, de
lavado y fijador para finalmente sacar la tira entera de negativos. Después,
cortarlos de seis en seis, hacer la famosa hoja de contacto y seleccionar las
fotos ganadoras para ser ampliadas. Tiras de prueba era el paso siguiente para
obtener el tiempo exacto para realizar la tan ansiada ampliación. Recuerdo que
lo que más me emocionaba era ver cómo iba apareciendo poco a poco mi fotografía
en el papel para finalmente darle una lavadita en agua y poner a secar al aire
mi obra de arte, o al menos así lo consideraba un servidor. Un proceso largo y
muy “romántico” por el que había que pensar previamente la imagen que se
deseaba plasmar en el papel. Para los que aprendimos en el cuarto oscuro la
experiencia es imborrable e insustituible, pero no por eso considero que deba
de resistirse a la nueva técnica, ya sea definitiva o sólo como transición a
algo más que todavía no imaginamos.
Hemos
entrado en la era digital y ella en nosotros. No somos lo que fuimos. La
fotografía está alcanzando su fin en la misma medida en que se está ampliando
gracias a un medio que evoluciona dentro de ella. La fotografía digital es una
repetición fluida e inconsciente de imágenes; es capturar momentos por capturar
momentos, no se le piensa, no se le siente. Algunos fotógrafos artísticos
continuarán usando los “viejos” procesos y probablemente éstos trabajos serán
más costosos al irse convirtiendo en más raros, pero la mayoría está migrando
al formato digital. La técnica digital permite la experimentación y se puede
intentar cualquier número de efectos sorprendentes.
La
fotografía digital no sólo es una innovadora manera de capturar imágenes, sino
que proporciona nuevas técnicas para realizar la postproducción después de la
toma. Se está convirtiendo la fotografía interdisciplinaria, ya no es necesario
contar únicamente con los conocimientos que un fotógrafo análogo posee, además
hay que tener conocimientos en cómputo, Photoshop o algún otro software de
edición de imágenes. Tom Ang acertadamente señala que la velocidad y comodidad
con que la fotografía digital consigue copias finales la convierten en la
respuesta a casi todos nuestros deseos.
En
una economía basada en la imagen, la técnica digital abarca un campo enorme:
consigue producir deseo, fomentar el consumo, entretener, educar, dramatizar la
experiencia, documentar los sucesos del tiempo, celebrar la identidad, informar
y desinformar, ofrecer evidencia. Se ve con ansiedad cómo un conjunto de
procedimientos tecnológicos nuevos socavan una tradición práctica de
representación visual, una práctica que ha sido esencial en la experiencia de
las culturas modernas. El fotógrafo moviéndose por un mundo social y físico, un
“ojo” formado y especializado, con una cámara que se consideraba una extensión
de su cuerpo observador, y luego el cuarto oscuro en el que se practicaban otra
serie de destrezas artesanales se ha transformado en la pequeña caja de
plástico de la computadora personal. En este nivel, se expresan el temor por la
posible desaparición de las habilidades, funciones sociales y las
responsabilidades políticas asociadas a la vocación o a la profesión del
fotógrafo. Lo que creo está en juego es mucho más que un cambio tecnológico en
el modo de crear imágenes, la fotografía al ser manipulable, ha perdido esa
sensación de documento y evidencia; y es cierto, lo primero que me pregunto al
ver una imagen es ¿qué tan retocada o manipulada está? Y si no concuerda con
nuestra percepción o se encuentra fuera de nuestro conocimiento técnico, pues
lo más sencillo es aseverar que es digital con un sentido de menosprecio.
Hace
varios años se preguntaban si algún día la fotografía digital remplazaría a la
análoga y también muchos afirmaron que esto jamás sucedería del todo. No
obstante, somos testigos de cómo la foto tradicional se extingue debido a las
cada vez más altas resoluciones y precios cada vez más bajos; una prueba de lo
anterior es la reciente quiebra de la Kodak, empresa con 124 años de existencia
y pionera en este ámbito. Creo que la fotografía no ha muerto del todo,
simplemente estamos viviendo parte de su evolución, sigue siendo un arte
maravilloso, no importa la técnica o tecnología que se prefiera, siempre y
cuando se tenga el suficiente conocimiento técnico y la pasión por expresar.
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