Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: E-consulta, 17 Abril 2006
Los estudios de posgrado, especialidades y maestrías, atraen a una gran variedad de estudiantes: jóvenes recién graduados de licenciatura que desean continuar sus estudios y adultos profesionistas que especializarse o renovar sus conocimientos. Los estudiantes adultos hacen esfuerzos considerables para estudiar el posgrado pues, a diferencia de los jóvenes reción graduados, habitualmente son personas que tienen obligaciones familiares y laborales que no pueden dejar para dedicarse de tiempo completo a los estudios.
Las universidades que ofrecen estudios de posgrado están generalmente ubicadas en ciudades grandes y capitales de los estados. Esto hace que muchos estudiantes que viven en ciudades menores tengan el trabajo adicional de viajar para ir y venir a la universidad. No sin razón se ha dicho que los estudiantes de posgrado representan ‘la cultura del esfuerzo’.
De manera sorprendente, la organización adiministrativa y curricular de los posgrados en nuestras universidades es tan rígida como una preparatoria. Nadie parece querer adaptar los estudios a la gran variedad de necesidades y posibilidades de quienes integran la cultura del esfuerzo.
¿Cómo tendrían que ser los posgrados ideales para esa diversidad de estudiantes? En primer lugar las universidades, y la SEP estatal detrás de ellas, deben reconocer que están tratando con adultos y dejar de considerarlos como menores de edad. A un adulto se le dice “tú sabes lo que necesitas estudiar y yo te lo puedo dar”. A un menor de edad se le dice “yo sé lo que necesitas saber y lo debes tomar”. Los estudiantes de posgrado deberían tener la mayor libertad posible para armar su propio plan de estudios conforme a sus gustos y necesidades.
Los adultos con familia y trabajo están sujetos a muchos compromisos imprevistos. Por eso es deseable que las universidades les faciliten diversas alternativas para cumplir los requerimientos de los cursos. Sin atentar contra la calidad académica, se debe buscar que los horarios, los plazos de entrega de tareas, los requisitos de asistencia sean lo más flexible que se pueda. Al mismo la programación de los estudios debe ser perfectamente previsible para los estudiantes que deben poder planear sus cursos con mucha anticipación.
Las modernas tecnologías de información y comunciación son un instrumento excelente para la educación de los adultos: facilitan que cada quien trabaje en las horas que más le convengan; Internet es una mega biblioteca en la que se puede encontrar lo más reciente de cualquier materia; las comunicaciones via computadora ahorran una gran cantidad de viajes y permiten a estudiantes y profesores estar en contacto instantáneo aunque estén separados geográficamente; la video conferencia permite escuchar lecciones y observar demostraciones ‘en vivo’ de maestros que de otra forma serían inaccesibles. Asi, los estudios de posgrados deseables deberán explotar al máximo posible las nuevas tecnologías.
También los estudiantes recién graduados de licenciatura deben encontrar lo que buscan al cursar posgrados: especializarse, estar mejor preparados para un eventual trabajo, convertirse en investigadores, hacerse docentes, continuar un doctorado, obtener becas en el extranjero, etc. Esto siginifica que los posgrados deben mantenerse continuamente actualizados, no sólo en la bibliografía sino también en los contenidos de los cursos y en los planes de estudio. Pero la actualización constante no es algo que facilite el actual sistema de RVOEs de la SEP estatal o federal.
Finalmente los posgrados deberán someterse a criterios de calidad de aceptación general entre las universidades y entre diversos países. Criterios como los que ha emitido el Consejo Mexicano de Posgrado, COMEPO, el ‘Tuning latinoamericano’ de amplio reconocimiento en Sudamérica, y el acuerdo de Bologna suscrito por los paises de la unión europea.No hay contradicción entre los requisitos de flexibilidad convenientes para la diversidad de estudiantes de posgrado y la necesidad de alta calidad académica. La flexibilidad es un componente importante de la calidad que tiene la ventaja adicional de ser un argumento convincente para quien quiere estudiar un posgrado pero duda de inscribirse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario