martes, abril 24, 2007

La Universidad del siglo XXI: ¿una red de redes para construir el futuro?

Autor: Mtro. Bernardo Reyes Guerra
Publicación: La jornada de Oriente, 24 de abril, 2007

Las universidades son centros de vital importancia para la sociedad, pues es allí donde reside la esperanza de construir un futuro común, con significados compartidos. Las personas que se acercan a una universidad lo hacen desde diversas perspectivas; la obtención de un título de licenciatura o postgrado, es quizá lo más común, sin embargo es claro que las relaciones que se hacen allí y que se nutren durante la vida, son quizá de las significativas y condicionantes para el impacto social de la acción de una persona, aún más que los contenidos allí aprendidos. Este concepto resalta que el acto educativo es a final de cuentas un ejercicio de hacer sociedad en equipo y que los temas son solo grandes excusas para focalizar la interacción humana.
Existen otros grupos que se acercan a las universidades, aquellos cuya perspectiva no reside en obtener una licencia o grado, sino más bien en la ilusión de poder aprender las dimensiones del dinámico mundo de hoy, donde los cambios rebasan la capacidad de captación y conceptualización de muchos y que afectan el desempeño y desenlace de cada persona.
Esta situación hace que el propósito de ir a la universidad, independientemente del propósito o edad, haga que las personas abran su mente y estén dispuestas a compartir su visión y a escuchar activamente la de otros, es por tanto una oportunidad enorme de hacer una gran red de relaciones humanas a partir de las redes de relaciones personales. Éste es la gran misión universitaria ser catalizador-gestor de un sistema de cohesión social que permita la negociación de significados y por ende la construcción de comunidades más que de colectividades y sobretodo la construcción de un futuro compartido, justo y sostenible
Los libros, el radio y la televisión son medios de influencia importantes, sin embargo, dado que son unidireccionales, es decir alguien opina y todos los demás solo son influenciados, no es posible negociar conclusiones , menos aún conciliar o entrar en sinergia desde esos medios; es innegable su importancia histórica, sin embargo hay que reconocer que no representan una opción de comunicación, sino más bien de distribución de influencia, información y modelos.
Un campus universitario, manejado con el paradigma de los medios masivos, es un creador de video-escuchas que “descubren” la realidad por la exposición de otros; este mundo centrado en contenidos y no en interacciones, es producto del sobre énfasis en la eficiencia, resaltada por la visión industrial del siglo XX.
Si la universidad es vista como la red de redes, donde se ensancha la visión y se intercambian opiniones, donde se negocian significados y se sinergian planes, entonces la oferta universitaria debe estar centrada en la comunicación entre humanos, donde sea posible una ética consensuada.
Una institución educativa con esta estrategia debe tener claro su acto educativo, enriquecido de experiencias de aprendizaje en equipo; nótese que se habla del acto educativo y no del modelo educativo, lo importante es lo que la educación logra en la persona y no lo que se pretende. Para apoyar la interacción y las experiencias sociales, la infraestructura universitaria debe ser adecuada, es decir los espacios físicos y electrónicos deben responder asertivamente al requisito de crear desde una red de redes social.
Internet es un medio de comunicación, donde los foros, el chat, los blogs, los wikies y los podcast son los nuevos espacios públicos desde donde se construye socialmente el futuro; una universidad sin estos elementos en su acto educativo, sigue solamente instruyendo para el siglo XX, más que estar desarrollando con su comunidad. El nuevo profesor es un recurso activo de aprendizaje, ya no es la fuente de enseñanza. La educación en este sentido es para toda la vida y no solo para los jóvenes.
La universidad del siglo XXI es la gran ágora actual, donde es posible decidir las tendencias de hoy teniendo en mente un futuro consensuado; nunca antes el acto educativo había requerido tanta estrategia y tanto consenso.

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