miércoles, octubre 10, 2007

EDUCAR PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA

Autora:Mtra. Laura Rodríguez M.
Publicación: Síntesis, pendiente

En la búsqueda frenética por lograr la calidad educativa, los administradores de este campo se han olvidado que la educación, más que pretender la calidad de sí misma está encaminada a procurar la calidad de vida de las personas.
En efecto, las iniciativas para mejorar la calidad de vida de las personas están dirigidas principalmente a los adultos. Niños y adolescentes han quedado relegados de este proceso. Además, dada la visión futurista de la tarea escolar, en la cual se considera que la escuela tiene como función principal preparar a niños y jóvenes para la edad adulta, por lo que se centra en metas tales como el incremento de la eficacia de las escuelas o del nivel de logros de los estudiantes, se ha prestado poca atención a la calidad de vida en el ámbito escolar.
De ahí la necesidad de que profesores, autoridades, padres de familia y la comunidad en general presten atención a la calidad de vida de los alumnos y la procuren en el ámbito escolar.
La calidad de vida es la combinación de las condiciones de vida de una persona (cómo vive), su satisfacción en estas condiciones (cómo se siente en relación a cómo vive) y la forma en que valora esas condiciones con respecto a sus valores, aspiraciones y expectativas (cómo valora la forma en que vive).
También se relaciona con el concepto que la persona tiene de las condiciones de vida que desea tener, vinculadas con el bienestar material, físico y emocional, el desarrollo personal, las relaciones interpersonales, la capacidad de autodeterminación, la inclusión social y derechos. De ahí que en las escuelas sea fundamental promover la reflexión en torno a tales conceptos y aspiraciones.
La calidad de vida está explícitamente orientada a la persona en la complejidad de sus necesidades y aspiraciones. A través de ella se expresa la dignidad de la persona y se posibilita la construcción de sentido del proceso vital y la historia personal de cada uno. Así mismo, compromete a la persona con sus semejantes y con el entorno que le rodea, pues es sólo con los otros y con lo otro como se puede lograr la calidad de vida a la que se aspira.
En efecto, al buscar el mejoramiento de la propia calidad de vida se asume la propia responsabilidad frente al otro, pues este proceso impulsa a mantener la atención, la presencia, y la búsqueda de medios para mejorar la calidad de vida de uno mismo y de los demás. De este modo, conduce al reconocimiento de la dignidad del otro en su máxima fuerza y en su máxima vulnerabilidad así como a la toma de conciencia respecto a la alteridad y a la trascendencia del otro.
Estos planteamientos permiten reconocer la importancia de incorporar la reflexión y la acción encaminadas a mejorar la calidad de vida de los estudiantes, de los profesores y de la comunidad escolar a la tarea educativa.
Los beneficios derivados de calidad de vida como intencionalidad en la labor escolar deben impactar y relacionarse con la mejora de la planificación educativa, el desarrollo de modelos específicos de evaluación de programas centrados en la persona, y el incremento de la participación de los alumnos, en los procesos y decisiones que les afectan.
En concreto, se pueden implementar algunas estrategias para favorecer la calidad de vida de los estudiantes, como las que se mencionan a continuación:
- Insertar en el currículo experiencias significativas que contribuyan al desarrollo, concientización y dignificación de los estudiantes.
- Generar climas de aprendizaje positivos a través de los cuales los estudiantes disfruten y promuevan su desarrollo en el conocimiento, la creatividad, el esfuerzo, el trabajo en equipos y el cumplimiento de las normas de convivencia.
- Asegurar que los estudiantes experimenten logros positivos, y se sientan motivados y reconocidos como son, reconocidos en su dignidad y en sus cualidades personales.
- Proporcionar a los estudiantes tanta autonomía como sea posible, en condiciones adecuadas, para que tomen decisiones y hagan elecciones responsables.
- Asegurar un ambiente escolar en el que los estudiantes experimenten un creciente sentimiento de autoestima, de autovaloración y de respeto hacia sí mismo, hacia los demás y hacia la naturaleza.
- Promover un ambiente en el que las relaciones personales sean constructivas en lo intelectual, afectivo y moral, de modo que lleguen a convertirse en relaciones de amistad.
- Proporcionar un ambiente libre de daño físico y moral.

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