sábado, febrero 06, 2016

Reflexiones al término del 2015

Autora: Niza del C. Gutiérrez Ruiz
Publicado en E-Consulta, el 17 de diciembre de 2015

Aquellos que laboran en instituciones educativas están por iniciar su periodo vacacional, otros en breve lo estarán haciendo. Seguramente ya dieron también inicio al ya conocido maratón Guadalupe-Reyes (en algunos casos), entre otras cosas. En fin, este es un buen momento para comenzar a recapitular nuestro andar por esta tierra, así como nuestras acciones en el año que se va.
Diciembre es un mes que nos permite acercarnos a nuestros seres queridos, a nuestros compañeros de trabajo a partir de las convivencias generadas, familia, amigos y todo aquel que nos haya compartido un momento de felicidad o aprendizaje, pero tratemos de profundizar más en algunos aspectos muy comunes.
Alza la voz y confía. Si bien la violencia en nuestro país y en el mundo, cada día se hace más presente y notorio gracias a las redes sociales. No debemos permitir que el miedo nos invada. Es mejor preguntarnos ¿Qué puedo hacer hoy para cambiar nuestro mañana? Aunque sea una simple acción (por así decirlo), debemos buscar marcar la diferencia a través de nuestras acciones. La educación que recibimos a través de la escuela, de nuestros padres, la forma en como actuamos con nuestro vecino y nuestra comunidad en general, lo que aportamos para ser mejores. No te calles ante un acto de corrupción o delito. Existen diferentes medios que te permiten dar a conocer una situación en particular, de forma anónima.
Más tacto y menos objetos. Es verdad, cada día nos esforzamos para dar lo mejor de nosotros en nuestro trabajo o desempeño escolar para recibir un sueldo o apoyo económico y hacernos de diversos materiales que satisfagan nuestras necesidades. No es que esté mal, pero debemos equilibrar dichas adquisiciones con el uso real que le daremos, no solamente por tendencia. La tecnología va y viene, la moda en ropa, los viajes, también. Si vas a invertir, hazlo a través de fundaciones, en apoyar a quien más lo necesite o simplemente en compartir una rica cena con las personas que han estado ahí siempre, en las buenas y en las malas.
Si este año te equivocaste, no culpes a los demás. Mejor reflexiona sobre lo sucedido, trata de verlo con otros ojos y permítete aprender para no repetir dicha acción en la próxima ocasión. Es muy válido reconocerse a través del otro. Ese alto que te pasaste en el boulevard y que por suerte no pasó nada, puedo ser lo contrario. Esa molestia que tuviste al hacer una larga fila para realizar un trámite y de pilón sentir que la persona en ventanilla te trató mal, es mejor si procuras organizar tus tiempos e ir con calma, no en el último momento. Además, ¿Quién te asegura que la persona que te atendió no tuvo también un mal día?
Más comunidad, menos individualismo. Somos personas que integran una sociedad, ya sea como parte de un grupo escolar o laboral, todos tenemos un fin común. Cada uno de nosotros es diferente y no siempre existirán los acuerdos, pero es mejor si practicamos la tolerancia y el respeto. Apoya y aporta cuando sea necesario, no necesariamente debe estar incluido en tu función. Verás que el trayecto puede ser más sencillo si te permites tener apertura ante opiniones o diversas acciones presentadas. No siempre podremos cambiar al mundo, pero podemos empezar a contagiar a nuestro mundo (contexto en el que te encuentras) a través de pequeñas acciones, que seguramente harán poco a poco la diferencia.
Así que, en este año que termina, deseo que nuestros aprendizajes de ayer y hoy nos permitan ser más fuertes y humildes para acompañar al otro mañana.

¡Felices fiestas!

No hay comentarios.: