Autor: Rodrigo Saldaña Guerrero
Publicado: www.e-consulta.com.mx , 10 agosto 2006
Hoy todo es discusión sobre quien el presidente. Pasamos por alto así a otros puestos muy importantes, como el de No Presidente. Cuando Truman estaba a punto de entregarle la presidencia a Eisenhower, comentó: ¡Pobre Ike!. No va a ser como en el ejército. Dirá: hagan esto o hagan aquello, y no va a pasar nada. La eficacia de los presidentes depende de los No Presidentes. Tenemos problemas como el de la corrupción y la ineficiencia burocráticas, empresariales, magisteriales, sindicales, técnicas. El presidente puede decir que no debe haber eso y, como decía Truman, no pasa nada. Uno de los No Presidentes, puede trabajar honrada y eficazmente sin que el presidente se entere. Pero el presidente sí puede hacer algo para cambiar la dinámica vital de millones de mexicanos, aunque no es fácil que lo haga, y no es raro que no lo haga. Para que sí lo haga se requiere una disposición considerable a colaborar con él por parte de los no presidentes, así como que él sepa incidir en esa dinámica vital, y quiera y sepa colaborar él mismo. No pocos jefes no se dignan atender a las opiniones de sus subordinados. Hay quienes no le hacen caso a los suyos. Otros hacen exactamente lo contrario de lo que les dicen. Y en muchos casos los subordinados no les entienden a sus jefes.¿Cómo sería una presidencia de Madrazo Pintado?. Se habla mucho del gran oficio político de los priístas, pero eso es como hablar del gran oficio médico del Mochaorejas. Nos imaginamos al Presidente Madrazo diciendo A para que le entiendan X, cuando realmente va a hacer M. Ni preocupación por México ni voluntad de diálogo y colaboración. ¿Y el Presidente Calderón Hinojosa?. Éste ha expresado su voluntad de armar un gobierno de Unidad Nacional. ¿Realmente quiere formar una coalición gobernante, un gran equipo multipartidista capaz de formar un proyecto común, como lo hicieron en Chile la Democracia Cristiana y el Socialismo?. Esperamos que sí. ¿Tiene las enormes habilidades de negociación, la claridad y profundidad de visión, la capacidad de decisión, requeridas para lograrlo?. Sabemos, que no abundan en México las personas con cualidades semejantes. Y no olvidemos que el margen de maniobra del presidente es muy pequeño. Casi todo el presupuesto es para pagar sueldos. ¿Y el Presidente López Obrador?. Éste tiene, indudablemente, talento para hacer campaña y capacidad de liderazgo. ¿Disposición para el diálogo y la cooperación?.. Recordemos como insultó a los empresarios con los que, según él, quiere trabajar. Y no estamos hablando sólo de personas aisladas, como lo pretende él (uno de los rasgos más marcados del discurso de su coalición es que dicen varias cosas, y quieren que los otros se acuerden nada más de una). Cuando se hizo la gran marcha por la seguridad, sostuvo largo tiempo que se trataba de una maniobra en su contra, cambió su tono al final y quiso entonces que se creyera que siempre la había apoyado Es sintomática la posición de Navarrete, probable líder de los senadores perredistas: los legisladores de la Coalición no pueden dejar de insistir en el cumplimiento de sus promesas de campaña, porque por eso votaron por ellos, pero en cambio el presidente de la República debe ceder.Se habla mucho de un gran pueblo y una pequeña clase política, pero ¿nuestro pueblo sabe lo que hacen un presidente o un gobierno y, por tanto, lo que quiere que hagan? ¿le comunica el pueblo mexicano a sus políticos como quiere que gobiernen, y sabe como corregirles el rumbo cuando hacen otra cosa?. Espero no causar escándalo a algunas personas pudorosas, pero las cigüeñas no traen a los políticos de París. Entonces, ¿de donde salen?. Es muy sencillo, y no poco vergonzoso: salen de nuestras filas. Lo No Presidentes hacemos a los presidentes, y también a los gobernadores, legisladores, regidores y demás fauna política. Los legisladores son el sector peor evaluado en las encuestas, no obstante lo cual se presentan en los medios como si fueran Padres de la Patria, llenos de la sabiduría de los siglos y de gloriosas intenciones. Y no pasa nada. El pueblo que los reprueba en las encuestas contempla esa farsa ignominiosa sin un quejido ni un reproche. El Sí Presidente Carter le dijo a su pueblo la verdad, y lo corrieron. El También Presidente Reagan le dijo un montón de mentiras, y los No Presidentes lo aclamaron. Bush dijo mentiras increíbles y sus No Presidentes (o por lo menos muchos millones de ellos) aplaudieron: ¡Bravo!. Eso es lo que queríamos oír. El Presidente De la Madrid dijo unas verdades, y algunos No Presidentes respondieron. “no queremos realidades, queremos promesas”. Y ¿cómo se entera el pueblo de estas cosas?. Unos No Presidentes que trabajan de formadores de la opinión pública se las narran amenamente, repartiendo elogios y censuras generosamente entre los partidos (¡no vayan a decir que pertenecen a uno!), y evitando el tratar de que el pueblo entienda realmente de que se trata la política, porque entonces no los oirían ni leerían. Y entretanto seguimos la vieja tradición de escoger un Caudillo, y exigirle que haga todo el trabajo. Queremos que el trabajo de No Presidentes no sea trabajo en absoluto, y así no más no. Ni un presidente que fuera Salomón, Julio César y Superman en uno podría con esa tarea.
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