Autora: Celine Armenta
Publicación: Síntesis, 7 de Febrero 2008
Entre las fuentes de gozo y enriquecimiento de mi vida, destaca la interacción diaria con profesionales de la educación. Son un colectivo complejo, inteligente y diverso que trae a las aulas universitarias la complejidad aún mayor de sus escuelas y comunidades educativas. De nadie he aprendido más que de estos maestros y sobre todo maestras de escuelas privadas y escuelas rurales; de escuelas bidocentes y de enormes centros educativos urbanos; de preescolar, secundaria y primaria; veinteañeros y maduros; directivos, investigadores y docentes de grupos. Con ellos suelo discutir los temas más diversos con una amplitud y profundidad que difícilmente se ve en otras aulas universitarias.
Así, hace días, como ejercicio para estimular el pensamiento crítico y el diálogo en la pluralidad, debatimos sobre la piratería de música y películas; y ahí apareció, refrescante y esperanzador, el pensamiento anarquista. ¿Es intrínsecamente malévola la piratería? ¿No hay que reconocerle bondades y tomar en cuenta las millones de voces que la defienden, la apoyan comprándola y la gozan a diario?
Parece legítimo ver a quienes conforman las redes de producción y venta de discos piratas como la versión más reciente de Chucho el Roto o Robin Hood, con la ventaja de que no empobrecen al rico para servir a pocos pobres, sino que ¡magia del mundo digital! sin quitarle al rico otra cosa que dinero futuro y los intangibles “derechos de autor”, multiplican bienes culturales y los distribuyen de manera potencialmente infinita.
¿No será tiempo de cuestionar, como mis alumnos, las bases mismas del orden mundial? El clima de incertidumbre ante una crisis global, parece exigirlo. Ya el último magonero, como llama Paco Ignacio Taibo II a Librado Rivera, escribía: “Todas las leyes están hechas para proteger al rico, y la más inicua de todas es la ley que considera como sagrado el derecho de propiedad privada, base de todas las desigualdades sociales y de todas las injusticias . . . Mis sentimientos y mi amor a la humanidad están muy por encima de toda ley”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario