Observatorio de Violencia Social y de Género
Publicación: La Primera de Puebla, 22 de septiembre de 2009
Publicación: La Primera de Puebla, 22 de septiembre de 2009
“Si no existe continuidad entre programas institucionales,
que lo continuo sea la observancia”
Los observatorios son instancias encargadas de diseñar, construir y mantener sistemas de información respecto a un tema en particular. Se crean como estrategias para recolectar la información generada por distintas instituciones –públicas y de la sociedad civil-; sistematizarla, homogeneizarla y analizarla para su mejor aprovechamiento colectivo. Observar, implica un acercamiento juicioso a la realidad, con el fin de conocerla, predecir sus consecuencias y prevenir. Conforme esta se ha vuelto más compleja, la necesidad de simplificarla para su transformación, explica porque en los últimos años los observatorios se multiplican y diversifican, los hay de: cultura, derechos humanos, educación, desarrollo, empleo, medioambiente, entre otros, y por supuesto, del tema que nos ocupa: la violencia social y de género. Todos comparten una misión: observar una parte del mundo social que incide sobre la calidad de vida de la mayoría de la población.
El Observatorio de Violencia Social y de Género de la Ciudad de Puebla (OVSG-Puebla –UIA), se funda el 10 de marzo de 2009, en la Universidad Iberoamericana Puebla (UIA Puebla), como un espacio académico e interdisciplinar. Surge de las propuestas de un grupo de egresadas y académicas de la Especialidad en Prevención de Violencia Familiar de la UIA Puebla, preocupadas por las dimensiones que alcanza la violencia social y de género en la sociedad actual mexicana y por la falta de cifras que den cuenta del problema a nivel local. Su sede no podía ser otra ya que la UIA detenta como parte de su filosofía tres valores: la justicia, el respeto a la dignidad humana y la búsqueda del desarrollo humano armónico.
¿Es posible el desarrollo armónico cuando la violencia se halla presente? Nuestra respuesta es que no, y sin embargo, cada vez más la violencia se enraíza en nuestra cultura como una forma efectiva de alcanzar y sostener el poder, el cual implica acceso a los recursos (materiales y simbólicos). Históricamente, las mujeres se han encontrado al margen del poder y por lo mismo resultan un grupo muy vulnerable a sufrir violencia.
En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud 2002, la Organización Mundial de la Salud declara que en el mundo “para las mujeres de 16 a 44 años de edad, la violencia doméstica es la principal causa de muerte e invalidez, por encima del cáncer, los accidentes automovilísticos y aún la guerra”. Aunque el mismo Organismo señala la violencia como un problema de salud pública, los estudios desde la perspectiva de género, indican que este es un problema estructural que tiene su origen en la inequidad: mientras las mujeres tengan poco acceso a los recursos, tanto materiales como simbólicos (incluidos entre estos el poder), difícilmente dejarán de ser blanco fácil de la violencia.
Las cifras muestran claramente la vulnerabilidad en que viven muchas de ellas. Por mencionar algunas, el Programa Municipal para la Igualdad entre Hombres y Mujeres 2008-2011 registra que, tan sólo en el municipio de Puebla: el analfabetismo afecta a 5.3% de las mujeres y tan sólo al 2.6% de hombres; mientras el 75.1% de los hombres pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA), menos de la mitad de las mujeres lo son (42.9%); además, hay 3 veces más empleadores (5.3%) que empleadoras (1.6%).
El problema de la violencia es sumamente complejo, no basta con saber su prevalencia e incidencia, sino que se precisa analizarlo juiciosamente para no perder de vista las estructuras que lo sostienen. Hoy existen instituciones de atención y orientación de la violencia familiar y contra las mujeres, pero es preciso observar tanto sus logros, como los aspectos en que todavía es necesario avanzar para alcanzar una vida libre de violencia. Por lo mismo, en el OVSG-Puebla –UIA nos planteamos generar sinergias entre la administración gubernamental, las academias, y las organizaciones de la sociedad civil, mediante: la implementación de un sistema de indicadores de violencia, que sirvan de insumos para los procesos de investigación y, mediante acciones de sensibilización y visibilización de la violencia social y de género a través de diferentes eventos públicos. Esperamos que las mujeres sean las principales beneficiarias de nuestro trabajo. Visita el Observatorio en: http://observatoriosocialdeviolenciagenero.blogspot.com/
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