martes, septiembre 01, 2009

Lectores competentes a prueba de Internet

Autora: Luz del Carmen Montes Pacheco
Publicación: La Primera de Puebla, 1 de septiembre de 2009

Todavía algunos profesores prohíben o restringen el uso de internet como fuente de información para las tareas de sus estudiantes. Algunos otros lo permiten advirtiendo sobre la gravedad del plagio. Y otros más permiten el uso indiscriminado de este recurso.

Y es que casi cualquier tarea que dejemos a nuestros estudiantes estará disponible en cuestión de segundos en internet: videos, canciones, conceptos, crónicas de viaje, reportes de investigación, ensayos, reflexiones, inventos, problemas resueltos, normas, recetas y mucho más.
Pero como es un hecho que internet llegó para quedarse, no podemos ni debemos evitar su uso. Lo que debemos hacer es diseñar experiencias de aprendizaje para que nuestros estudiantes sean lectores competentes que en este contexto, debes entenderse como personas que van mucho más allá de entender e interpretar el sentido de un texto, implica localización y selección de documentos que por su estructura e información pueden considerarse de alto valor para su formación. Definitivamente, estas acciones remiten a un desempeño complejo en que se ponen en juego un conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores articulados siempre por un propósito definido.
En los cursos en los que los estudiantes desarrollan proyectos de intervención o de investigación; y especialmente en los cursos de metodología de la investigación (que no deben dejar de involucrar el desarrollo de un proyecto de esa naturaleza), es necesario implementar estrategias y experiencias de aprendizaje que ayuden a los estudiantes a identificar información valiosa para ese proyecto y en las que simultáneamente se desarrolle la competencia para una lectura inteligente. Una posible estrategia para esos fines se describe a partir de las experiencias de aprendizaje:
Leer artículos periodísticos para distinguir entre hechos y opiniones. Para ello identificamos grupalmente, a partir de los títulos de los periódicos, textos cuyo propósito sea sólo informar y textos cuyo propósito sea generar polémica.
Buscar y seleccionar artículos, con los estudiantes, en sitios en los que ya se aplicó un primer filtro de carácter académico. Citaré sólo dos ejemplos de sitios que contienen textos completos y de acceso libre, recomendables para estudiantes de preparatoria en adelante. REDALYC que es la “Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal”, portal administrado por la Universidad Autónoma del Estado de México y que concentra 550 revistas científicas cuyos artículos han sido sometidos a un arbitraje de pares. Y, el Directorio de revistas académicas y científicas de acceso abierto, localizado con el descriptor de DOAJ (por sus siglas en inglés, Directory of Open Acces Journals) que actualmente concentra 4334 revistas, en muchos idiomas y de casi cualquier tema.
Leer artículos científicos de divulgación y reportes de investigación, enfatizando sus diferencias con base en el público al que están dirigidos; los primeros hacia un público que no especialista y los segundos para el público que sí lo es o que lo quiere ser.
Evaluar si tanto la estructura como el contenido de los reportes de investigación, considerados fuentes de información adecuadas para una investigación, cumplen con criterios de coherencia y consistencia entre el título, objetivo y conclusiones; si la información que se presenta es verdadera; y si los razonamientos a través de los cuales obtienen resultados y concluyen, son pertinentes al objetivo que los autores declararon.
Por último, si se considera que el texto es valioso, identificar elementos que sirvan como guía para comprender y aprovechar su contenido. Puede identificarse información relacionada con el problema de investigación, con investigaciones anteriores, con el método utilizado, etc. Además se puede aprovechar el ejercicio para que identifiquen los elementos indispensables en un reporte de investigación.
Cada profesor de acuerdo al nivel educativo de sus estudiantes y a los objetivos de aprendizaje debe previamente localizar sitios en internet que sean confiables. Después debe acompañar a sus estudiantes para que ellos naveguen en esos sitios. No es posible frenar o impedir el uso de internet en las actividades educativas a través de instrucciones o de discursos restrictivos. Potenciemos su uso a partir de experiencias bien pensadas, colectivas y enriquecedoras para que las personas podamos decidir qué usar y cómo usarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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