viernes, marzo 08, 2013

Lo malo de los héroes y los villanos


Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 28 de febrero de 2012

     Ayer, martes 26 de febrero de 2013, sucedió lo que a muchos se antojaba imposible: Elba Esther Gordillo, presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, fue detenida por elementos de la  Procuraduria General de la República, para responder por la orden de aprehensión que le fue girada por un juez bajo la presunción de que ha traficado miles de millones de pesos de los agremiados en el sindicato que preside.
       Los medios de comunicación han enfilado todas sus baterías para acometer la noticia, sus implicaciones, sus derivaciones. Carlos la ropa de marca que usaba, Loret de Mola, por ejemplo, retomó las entrevistas que hizo a la profesora Gordillo y en la que le preguntaba sobre sus ingresos económicos, su ropa de marca, sus cirugías cosméticas.
        Desde hace muchos años, pero mucho más en los recientes, la lideresa magisterial es lo más cercano a una antiheroína que detenta un poder casi mítico, posibilidades insospechadas, dueña de partidos políticas y conciencias, génesis de todos los males que afectan a la educación de los mexicanos.
        Su existencia reclama, por así decirlo, también la de un héroe, alguien con tanto o más poder que ella que pueda ejercer la acción definitiva que la coloque en las sombras de las cuales no debería haber salido.
         Héroes y antihéroes o villanos, personajes que concentran lo bueno y lo malo, a quienes clamamos en nuestras más terribles impotencias.
         El crimen organizado, la creciente brecha entre ricos y pobres, las reformas siempre postergadas, el peligro que nos imaginamos que puede traer consigo la izquierda nos llevan a reclamar airadamente al cielo que nos mande un héroe, un tlatoani capaz de resolver todo, de protegernos como a los niños indefensos que sentimos que somos. Y también nos ponen ante la necesidad de un villano a quien culpar de todo lo malo que pasa. Y así, entre héroes y antihéroes nos miramos como espectadores de nuestra propia vida, entregando nuestras posibilidades y responsabilidades a alguien a quien en nuestra apesadumbrada imaginación damos todo el poder para el bien y para el mal.
        Lo que a mí me cuestiona de todo esto es que de una u otra forma terminamos cediendo nuestra responsabilidad, nuestro protagonismo a alguien más, que tiene llave mágica para solucionar problemas; que tiene la maldad suficiente para fastidiarnos la existencia.
         Pero la realidad no opera así. La desaparición de Elba Esther y el afianzamiento de los héroes que provocaron su detención no van a solucionar los problemas de la educación en el país,  el gregarismo y la inseguridad. Si no entendemos la responsabilidad ciudadana que tenemos cada uno y cómo al ceder poder y autoridad a una persona la convertimos en semidios todo va a ser igual
Lo bueno de tener héroes y antihéroes es que podemos forjar grandes historias que legitimen que abandonemos nuestro protagonimos con la libertad y la justicia; lo malo, es que el mundo continúa con sus problemas y a la espera de las soluciones reales, esas que requieren el compromiso de cada uno.
          La captura y aprehensión de Elba Esther Gordillo es un acto simbólico y político, pero no la solución de los problemas educativos de este país.

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