Autor: Oscar E. Hernández López*
Publicado: en
lado b, 14 de marzo de 2013
La idea de la mente como almacén cuyo principal instrumento es la
memorización, actividad mental que ha sido extremadamente exaltada en la
educación tradicional, ha sido el faro orientador en la mayoría de las escuelas
en todo el mundo, Bereiter (2005) con su noción de comprensión, pretende tanto
superar esta idea reduccionista de la mente como fundamentar la noción de
construcción de conocimiento.
Con esta teoría se puede trascender ese reduccionismo de la pedagogía
tradicional que limita el concepto de aprendizaje a un tópico y a lo que se
pueden enseñar y examinar directamente respecto a ese tópico bajo una
metodología en la que las actividades se vuelven un fin en sí mismo; otra forma
de este reduccionismo pedagógico consiste en limitarse a la expresión personal
de lo aprendido y a la sensación que ese aprendizaje le produjo al alumno o lo
que le hizo pensar.
Estos planteamientos de Bereiter son una tremenda crítica a la educación
vigente encasillada en esta teoría de la mente como almacén. Tal teoría
predomina sobre la mayoría de las concepciones del aprendizaje constructivista.
Aún prevalece un concepto de educación centrado en el paradigma de la
adquisición (sobre todo de información que pocas veces se traduce en
conocimiento) en el que abundan las estrategias centradas en el aprendizaje
individual.
Otra camisa de fuerza propia de la educación tradicional es la de cubrir
los programas de estudio al 100% y revisar todos los temas que en ellos
aparecen con un nivel igual de importancia. Tradicionalmente los cursos se
organizan por temas, en algunas asignaturas secuenciados pero muchas veces no
hay relación entre unos y otros, los criterios de selección son determinados
por programas oficiales o particulares y muchas veces responden al índice de un
texto, al sentir del profesor o comité que diseñó la materia, casi siempre son
temas que se consideran relevantes según la profesión o área disciplinar y
desde luego con el peligro de que estén totalmente aislados de las demás
disciplinas, es decir, lo que prevalece es la excesiva parcelación del
conocimiento, desconectado de la realidad, del mundo y de los problemas reales
que en él se presentan.
Pocas veces se toma en cuenta el nivel real de conocimientos que poseen
los estudiantes y se supone un nivel general homogéneo así como un grado de
desarrollo de sus habilidades también homogéneo. El programa suele ser lineal,
establecido para ser cubierto en un tiempo considerado adecuado pero que la
mayoría de las veces resulta insuficiente y no permite adaptarse a los
dinámicos cambios y diferencias que se presentan en el correr del semestre como
suspensiones de clases, contingencias sanitarias, actividades cívicas, etc.
La siguiente metáfora ilustra lo que sucede en un curso tradicional
cuyo programa está organizado por temas y se rige por las disposiciones
educativas centradas en la cobertura de contenidos y la realización de
exámenes basados en la memorización:
Metáfora del Microbús
Juan es chofer de un Microbús de la ruta 13, debe salir a las 6:30 de la
mañana de la terminal luego de que el supervisor le dé la autorización de
iniciar su recorrido, debe completar éste en una hora con 50 minutos, si se
adelanta o se atrasa recibirá una sanción, para toda infracción que cometa él
deberá pagar la multa correspondiente y al final del día deberá entregar una
cierta cantidad de dinero, es decir, “la cuenta”.
En el curso impartido por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes
para choferes del servicio público, le dijeron que el pasajero es lo más
importante, que debe ser cortés, respetuoso y respetar el reglamento de
tránsito. A lo que en realidad Juan se enfrenta es a que en ciertos horarios
pico el tránsito es muy lento y “no le da tiempo” de hacer su recorrido según
lo planeado, entonces como lleva prisa, se pasa los altos exponiendo al pasaje
a un accidente, en algunos paraderos no recoge gente que le hace la parada
porque no le da tiempo de detenerse y esperar a que aborden el microbús, a
otros no los baja en el paradero sino luego de cruzar la calle porque
“aprovecha” el siga del semáforo y no quiere exponerse a que por descender al
pasaje en el lugar correcto, le toque el alto.
A pesar de tantas reformas educativas, el maestro es un “Juan”, el
chofer del microbús y los alumnos son los pasajeros que tienen derecho a un
servicio de calidad lo que significa satisfacer las necesidades del pasajero
(alumno) y ni el modelo y estado mecánico del microbús, ni los accesorios que
pueda tener, constituyen la calidad en el servicio que debe recibir el
pasajero, y por supuesto, calidad no significa soportar las prisas y malos
tratos del chofer, es decir, el alumno no tiene porqué aguantar la falta de
atención, desgano, maltrato e indiferencia del profesor y en general del
sistema educativo.
Lo que se necesita en la educación del siglo XXI es organizar los cursos
por procesos lo que implica varias cuestiones: el objetivo principal no debe
ser el “cubrir temas” sino el lograr que los procesos sucedan en los
estudiantes para lo cual se trabajan los temas, el centro de los procesos debe
ser el alumno, no los contenidos ni las actividades y se debe procurar
manejarlos de una manera holística de tal manera que se incluya a la persona
toda, no solamente su cerebro o su memoria, según Nicolescu (1998) esto implica
tres niveles o tipos de relación entre las disciplinas:
La multidisciplinariedad, que consiste en que en el proceso, el problema
o los temas son abordados desde el punto de vista de dos o más disciplinas.
La interdisciplinariedad que consiste en utilizar métodos o técnicas de
una disciplina para resolver problemas de otra y
La transdisciplinariedad que desborda y trasciende las disciplinas y
considera las necesidades del ser humano en todas sus dimensiones.
Se ha hablado de reforma educativa desde hace décadas, ahora se habla
de la modernización de la educación y en particular en el año 2009 ha entrado
en vigor la Reforma Integral de la Educación Media Superior RIEMS, y en estos
días estamos viviendo la aprobación de la última reforma educativa en el marco
del pacto por México.
Referencias
Bereiter, C. (2002). Design
research for sustained innovation. Cognitive studies.
Hernández, O. (2005). Desarrollo de habilidades cognitivas en
educación a distancia usando internet. Tesis doctoral en educación.
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Cuernavaca, Morelos. México.
Morin, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación
del futuro.Paris, Francia. UNESCO.
Nicolescu, Basarab. (2008). In Vitro and In Vivo. Knowledge – Methodology.En Transdisciplinarity: Theory and
Practice. New Jersey, USA: Hampton
Press.
Scallon, G. (2004). L’évaluation
des apprentissages dans une approche par competences. De boek,
Éditions du Renouveau pédagogique Inc. France.
Schonfeld, A. (1988). Problem
solving in context(s). In R. Charles & E. Silver (Eds), The
teaching and assessing of mathematical problem solving.Reston, VA: National
Council on Teachers of Mathematics/Erlbaum.
UNESCO (1999). Perspectivas: revista trimestral de educación
comparada.Oficina Internacional de Educación, vol. XXIII, págs. 289-305.
Paris.
Universidad Iberoamericana Puebla. (2003). Lineamientos y
políticas complementarias para el diseño de los planes de estudio de
licenciatura.Consultado el 3 de febrero de 2010 en
http://www.iberopuebla.edu.mx/biblioteca/docs/nec/lineamientos_y_politicas.pdf
*El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.Sus
comentarios son bienvenidos.
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