viernes, marzo 08, 2013

¿Qué son los límites en la educación del niño?


Autora: Mónica Palafox Guarnero
Publicado: en lado B, 27 de febrero de 2013

     Los límites son las herramienta de la educación, y la educación no es una lucha de poder, así que cuando, nos encontramos en situaciones en las que el cumplimiento de las normas se convierte en una batalla para ver quién gana, esto es, sí los padres “domamos” al niño o él consigue que cedamos una vez más, tenemos que hacer un alto y reflexionar sobre el momento en que perdimos la ruta.
     Educar se vuelve una lucha de poder cuando perdemos de vista que, los límites y las consecuencias son en favor y no en contra del niño. Los límites juegan en contra de su niño cuando los padres la usamos sólo como una forma para reprimir lo que nos molesta, cansa, y que pensamos que los  hijos hacen paramolestarnos intencionalmente. Esto da lugar a una peligrosa escalonada de respuestas y reacciones que responden a nuestros estados de ánimo, más que al aprendizaje del autocontrol. Es muy frecuente que los sentimientos de culpa se traducen en una veleta, donde un día somos muy buena onda y, al otro, nos comemos con los ojos al insolente niño.
     ¿Quién dirige el barco?
     Para que los límites jueguen en favor del niño tenemos que estar convencidos que al dar al niño los elementos para que autorregule su conducta le estamos haciendo un importante regalo que le será útil durante toda su vida.
Todos los niños – sin importar el género, la edad o condición social- requieren saber que se espera de ellos y cuáles serán las consecuencias, que establecemos y cumplimos como familia. Esto les ayuda aresponsabilizarse de lo que hacen y a ser más independientes.
El autocontrol es particularmente importante para los niños  pues sólo así podrán integrarse a su entorno y regular su comportamiento.
     La tentación de sobreproteger a los niños pequeños, de no exigirles porque: “después de todo la vida ya les muy dura y ya la enfrentarán cuando sean adultos” es primero que nada, una manifestación de que en el fondo no creemos en ellos, no los creemos capaces de cumplir sus metas y tampoco pensamos que sus objetivos son importantes.
     Si el niño aprende a usar los berrinches o cierta inmadurez en su desarrollo, como una forma para obtener privilegios, está de fondo dañando su autoestima porque en realidad se le está comunicando de una manera sutil que no es como todos.
     Todos necesitamos límites y como padres o educadores debemos conocer bien a los niños para saber cómo establecerlos y estar bien seguros de que lo que les estamos pidiendo no está más allá de sus posibilidades. Hay que conocer a fondo al niño, actuar sobre el ambiente y hacer las modificaciones necesarias. Dar al niño el apoyo y los recursos que necesita para controlar su conducta, implica dedicarle tiempo, ser paciente y creativo.
     Los límites no son estrategias de castigo, tampoco intransigencia ni autoritarismo. Es una herramienta para que los hijos construyan las actitudes que les permitirán vivir en comunidad.

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