Autora: Bodil Andrade Frich
Publicación: La jornada de Oriente, 7 de Febrero 2007
Ante la creciente preocupación por los problemas ambientales que vivimos actualmente, han crecido también las acciones y programas de educación ambiental en nuestro país. La educación ambiental se ha considerado en los últimos años un pilar fundamental para buscar nuevas formas de participación y comunicación entre los diferentes actores sociales, que de una manera responsable y comprometida, y desde sus propias necesidades y preocupaciones, buscan soluciones a la actual problemática ambiental.
En México, de 1992 a 1993, como respuesta a los retos planteados en la reunión internacional sobre medio ambiente llevada a cabo en Río de Janeiro, se realizó una reforma educativa que pretendía integrar la temática ambiental a la educación básica. Si bien no contamos actualmente con una evaluación a fondo de dicha reforma, si podemos observar que los resultados son muy limitados en cuanto a la formación de ciudadanía ambientalmente conciente. De ahí que nos preguntamos ¿por qué los programas de educación ambiental en México no han logrado aún crear una conciencia ambiental en el ciudadano en general y, por tanto, un cambio de actitud respecto a su entorno y una mayor participación en la búsqueda de soluciones a la problemática ambiental?
Desde nuestro análisis, a pesar de los esfuerzos realizados por la SEP para incluir el tema ambiental como una dimensión transversal dentro del currículum escolar desde una perspectiva constructivista, no se han logrado alcanzar los resultados esperados debido a que los maestros no cuentan con efectivos tiempos de actualización en la materia, ni con un espacio de reflexión personal y colectiva sobre la problemática mencionada; el profesorado no tiene la motivación ni el tiempo para reflexionar sobre su propia labor y proponer iniciativas de trabajo más creativas y efectivas para trabajar con los niños el tema ambiental, y no cuentan tampoco con los apoyos institucionales, ni por parte de los padres de familia, para llevar a cabo proyectos permanentes de educación ambiental, lo que limita su participación a la realización de actividades puntuales y aisladas, segmentando el conocimiento por materias.
Por otra parte, al analizar los libros de texto de la SEP, se reconoce que se aborda el tema de una manera fragmentada y descontextualizada, por lo que los cambios realizados han seguido un enfoque reduccionista de la educación ambiental, al ubicarla en el campo de las ciencias naturales, sin una visión histórica de la problemática tratada. Lo anterior ha propiciado que se realicen acciones pasajeras, carentes de una comprensión integral y compleja de la problemática.
Actualmente la educación ambiental atraviesa por un momento de redefinición en cuanto a objetivos, líneas de investigación y acciones concretas. Recientemente, educadores críticos han cuestionado desde diferentes perspectivas los modelos convencionales de la educación ambiental y plantean la necesidad de una integración interdisciplinaria en los programas educativo/ambientales y el desarrollo de enfoques múltiples discutidos por y con la comunidad, para desarrollar y alcanzar las metas educativas consideradas apropiadas y necesarias por parte de los mismos habitantes.
Por todo lo anterior, cobra gran importancia la creación de nuevos espacios educativos, flexibles y accesibles para la actualización y formación ambiental del sector educativo de nuestro país y en particular del estado de Puebla.
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