miércoles, marzo 05, 2008

Por el bien de México, no a la privatización de PEMEX

Autor: Miguel S. Reyes
Publicación: E-consulta, 5 de Marzo 2008

Uno de los argumentos comunes con los que se busca convencer a la población de la privatización de PEMEX es la falta de recursos para la inversión. Por todos los medios de propaganda posibles se nos dice una y otra vez que PEMEX no tiene recursos, que está quebrado y que por ello es urgente una Reforma Energética. Lo dicen obviamente sin dar cifra alguna para que la gente no pueda sacar sus propias conclusiones. En ninguno de esos medios se da a conocer que PEMEX es la empresa petrolera más rentable del mundo. Con costos de 4.3 dólares por extracción de barril, los ingresos obtenidos por barril en promedio durante 2007 fueron de 61.6 dólares, lo que le generó una utilidad por barril de 57.3 dólares y una utilidad total por venta de petróleo de 61, 700 millones de dólares. Cifra equivalente a la deuda externa de México y 151% superior a los 40 mil 600 millones de dólares que obtuvo el gigante petrolero ExxonMobil. Caben aquí mencionar dos cosas, primero que las ganancias de Exxon constituyen un récord histórico para cualquier empresa estadounidense y en segundo término, las ganancias que obtuvieron las 30 empresas más rentables de la bolsa mexicana de valores alcanzaron en conjunto una utilidad de 20, 509 millones de dólares, esto es, 33% de las utilidades de PEMEX. Entre esas grandes empresas encontramos por ejemplo a Cementos Mexicanos, América Móvil, Teléfonos de México, Wal-Mart, Grupo México, Alfa, Televisa, Grupo Modelo, Elektra, Fomento Económico Mexicano, Kimberly Clark, Inbursa, Bimbo, Sigma Alimentos, Liverpool, Geo, Soriana, Grupo Aeroportuario del Pacífico y Axtel, entre otras. ¿Por qué entonces PEMEX no tiene recursos para invertir si además es la segunda empresa en el mundo con mayor flujo de efectivo? Simple y sencillamente porque como en ninguna parte del mundo donde una empresa funcione con criterios de rentabilidad y maximización de ganancias, paga más de impuestos que lo que obtiene de utilidades. PEMEX paga más por impuestos, productos y aprovechamientos al Estado que lo que representan sus ganancias. El año pasado el gobierno le quitó a PEMEX aproximadamente 63 mil millones de dólares, cifra equivalente a la tercera parte que todas las empresas pagaron por Impuesto sobre la Renta. Para tener una idea somera de lo que PEMEX aporta al gasto gubernamental, de cada peso gastado, 40 centavos provienen de PEMEX. Para quienes creen que PEMEX no es de los mexicanos porque no ven en sus manos flujo de efectivo por poseer acciones de la empresa, tienen que voltear a ver como el 40% de todo lo que gasta el gobierno sale de Petróleos Mexicanos. Haciendo una analogía útil: PEMEX proporciona el 40% del presupuesto de las universidades públicas, 40% de la inversión en infraestructura carretera, portuaria y aeroportuaria, 40% de los recursos de combate a la pobreza, 40% del presupuesto que va a estados y municipios, 40% de los intereses para pagar el FOBAPROA. Por ello, en una sociedad altamente desigual como la mexicana, es bastante factible suponer, que si se privatiza PEMEX sin una reforma fiscal donde los grandes empresarios sigan sin pagan impuestos, el riesgo de polarización económica y social se profundice hasta llegar a un extremo de enfrentamiento armado. Lo que se requiere es fortalecer la autonomía financiera de PEMEX, donde las inversiones necesarias para explorar en los yacimientos profundos del Golfo de México no se realicen como se ha hecho hasta ahora con los PIDIREGAS, con más endeudamiento, sino con el mismo flujo de efectivo de la empresa. Para ello y sin necesidad de recurrir a los grandes emporios que mueren por explotar la riqueza petrolera mexicana, debería por un lado, reducirse la carga fiscal de PEMEX y, por otro, llevar a cabo lo que tanto presumían realizarían los tecnócratas: una reducción del aparato burocrático gubernamental. Lo segundo puede realizarse fácilmente reduciendo el gasto corriente del gobierno, del cual los servicios personales representan un porcentaje significativo. Tan sólo de 2000 a la fecha, el gasto corriente se ha duplicado al pasar de 714 mil millones de pesos a un billón 466 mil millones. Por el bien de México como nación, PEMEX debe dejar de ser la caja chica de un gobierno irresponsable que lejos de manejar eficientemente los recursos, los dilapida en aumento del aparato gubernamental y en una corrupción mayor aún que la que teníamos con el PRI.

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