Autor: Benjamín Ortiz Espejel
Publicación. E-consulta, Pendiente.
De una forma cada vez mas creciente, y ante los apremiantes retos del cambio climático, las ciencias básicas y las ingenierías comienzan a comprenden la necesidad de entender el medio ambiente como un sistema complejo y con ello la problemática ambiental inaugura una nueva perspectiva de investigación. El primer paso en la construcción de este nuevo horizonte de perspectiva, es establecer las posibilidades de encuentro de disciplinas, lo que implica necesariamente el derrumbamiento de la distinción entre ciencias blandas y ciencias duras y con ello posibilitar levantar el dialogo para la producción de nuevos saberes.
La eficiencia energética en la toma de decisiones de mercado, una planificación urbana de forma cada vez mas autosuficiente y una producción de bienes y servicios sin menoscabo de la regenerabilidad de los ecosistemas se inscriben, entre otros, en los nuevos desarrollos metodológicos que, mediante la caracterización de indicadores significativos y procesos de diferentes órdenes de materialidad permiten comprender la dinámica los sistemas complejos, tanto en la industria, como en los servicios y en la producción primaria.
De esta forma se comienzan a vislumbrar nuevos efectos de este tipo de decisiones sobre el uso de los recursos y de la aplicación de modelos tecnológicos en la vunerabilidad, estabilidad y desestabilidad de mercados, ecosistemas, empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil. Cabe mencionar que esta nueva perspectiva de pensamiento rompe con el proyecto unitario de “La Ciencia” de su formalización y matematización como únicos criterios de legitimidad y abre el espacio de construcción de conocimientos sobre un dialogo disciplinario, generando nuevos sentidos que movilizan el potencial de toda sociedad.
El nuevo milenio requiere del desmontaje de los discursos unicausales y monolíticos de explicación de la realidad. Las universidades del siglo XXI, en este sentido se convierten en espacios estratégicos de debate de ideas en respuesta a los desafíos de un mundo cada vez mas complejo. Asistimos a una crisis ambiental del siglo XXI que solo el anuncio de una crisis de las formas de conocimiento, de la construcción de los sistemas de significación. De esta forma el entorno a la vez de que deja de ser “lo que nos rodea” “lo que esta fuera”, “lo ajeno” se transforma en la fuente de la crisis del desarrollo en la que estamos inmersos. Lo ambiental se torna así en una crítica al modelo de conocimiento dominante en su negación de la otredad, de lo distinto, de lo diversos, como espejo de miedo ante lo diferente. El conocimiento miedoso y ciego de lo diverso se ha vuelto contra el mundo, lo ha intervenido y dislocado.
Revertir la actual crisis ambiental solo es posible a partir de una reconfiguración en los modos de construir el conocimiento y ello conlleva necesariamente a establecer una nueva relación de significación con el entorno, con el otro.
En este sentido reviste una gran importancia el próximo congreso nacional sobre experiencias sociales exitosas a favor de un desarrollo sustentable. Se trata de miles de organizaciones alrededor de todo el mundo que han iniciado nuevos estilo de modernidad, donde sin estar exentos de tensiones y conflictos, exponen sus testimonios como esperanzas de que nuevos estilos de vida y de conocimientos son posibles.
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