Autor: Martín López Calva
Publicación: La Jornada de Oriente, 29 de abril de 2008
“Evaluar es hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti” decía irónicamente un profesor. Tenía razón, porque los procesos de evaluación en nuestro sistema educativo han sido siempre vistos como mecanismos de castigo o “ajusticiamiento” por parte de quien ejerce el poder dentro del aula, la escuela o el gobierno.
Conviene reflexionar sobre esta cultura distorsionada de la evaluación a propósito de la reciente aplicación de la prueba ENLACE.
Si bien es cierto que todo instrumento de evaluación es mejorable y que los procesos de aplicación de esta prueba necesitan irse afinando, también es verdad que la existencia de una evaluación nacional estandarizada cuyos resultados se dan a conocer públicamente es un gran avance para nuestra educación.
Porque los resultados anuales de ENLACE, revisados desde una visión positiva de la evaluación educativa, es decir, desde la concepción de la evaluación como un proceso necesario y permanente de retroalimentación para la mejora de la calidad, pueden ser de gran utilidad para que cada escuela trabaje de manera colegiada y colaborativa con sus docentes los aspectos en que sus estudiantes muestren deficiencias concretas.
Lo anterior redundaría en una cultura de mejora continua que resulta muy necesaria en nuestras escuelas.
Para lograr este objetivo, tendrían que cumplirse dos condiciones mínimas: 1.-Que los directivos, profesores y padres de familia sepan exactamente qué es lo que ENLACE evalúa y no pretendan sacar conclusiones o tomar decisiones pedagógicas más allá de lo que la prueba mide y 2.-Que cada escuela revise los resultados comparando con otras instituciones similares pero sobre todo, analizando los aspectos en los que la misma institución avanza o retrocede año con año en cada nivel (la competencia fundamental es respecto de sí mismos).
Por otra parte, una sociedad como la mexicana, que está luchando -con muchos problemas y contradicciones- por llegar a ser verdaderamente democrática y equitativa, tiene que construir un sistema educativo que se sustente en una cultura de la transparencia y la rendición de cuentas.
La construcción de una auténtica cultura de la evaluación a través de elementos como ENLACE, puede ser un factor que contribuya de manera gradual a una reforma educativa en nuestro país puesto que proporcionará información para una participación social más efectiva y corresponsable en la gestión escolar.
Los resultados de México en este tipo de pruebas a nivel internacional son preocupantes y el desempeño de Puebla en ENLACE no es tampoco satisfactorio.
Pero “la mala educación” no es resultado de las deficiencias de los instrumentos o de la aplicación de las pruebas. “La mala educación” es resultado de procesos de enseñanza-aprendizaje marcados por la rutina, la falta de reflexión y retroalimentación, así como de la opacidad y la falta de rendición de cuentas de nuestro sistema educativo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario