Autor: Guillermo Hinojosa Rivero
Publicación: Sintesis, 22 de Mayo de 2008
Hay un vicio, o enfermedad, que nos distingue del resto del mundo. En todos los países, o casi, hay mafias, corrupción, demagogia, pobreza; nada de eso es exclusivo mexicano. Lo que no se encuentra en ningún otro país es esa especie de juego vicioso que consiste en descubrir desgracias mexicanas y denunciarlas.
Los niños mexicanos desde pequeños aprenden que en México todo está mal; que hacer algo 'a la mexicana' quiere decir mal y con trampas. Su primera formación ciudadana consiste en los chistes en los que un mexicano se enfrenta con dos o tres extranjeros y siempre sale con una tontería.
Cuando esos niños crecen y piden explicaciones de por qué algo no está bien, simplemente les dicen que así son las cosas en México y no hay nada que hacer. Conforme se hacen adultos van aprendiendo el juego de descubrir desgracias mexicanas. Cuando son adultos y deben dar explicaciones simplemente dirán 'así es aquí, somos del tercer mundo y todo está perdido y podrido. Si estuvieramos en Japón, o en Alemania, o en otro lado esto no sucedería'
Somos tan adictos a este vicio que tenemos periódicos diarios y semanarios dedicados casi exclusivamente a detectar desgracias y a publicarlas. En todos los periódicos hay editorialistas que simplemente se dedican a decir algo que está mal; cada columna una nueva lacra. Si se les pregunta por qué, dirán que cumplen con su deber de publicar y crear conciencia.
Todos los editorialistas son, somos, un poco moralistas. Denunciamos los pecados y amenazamos con el infierno. El problema en México es que ya todos creemos que verdaderamente no se puede hacer nada; que ya estamos en el infierno; que hay algo torcido en nuestra nacionalidad; que todo empeorará inevitablemente. Ya ni siquiera nos preguntamos qué podríamos hacer. Mientras esa pesimista mentalidad persista estamos condenados a la parálisis.
Quienes insisten en que a pesar de todo se puede hacer algo y que algunos males se pueden solucionar con poco dinero, son calificados de ingenuos. O peor, quien propone el remedio para algún problema concreto y delimitado puede ser acusado de colaborar con el gobierno malvado que así podrá evadir su responsabilidad. No sólo practicamos el vicio mexicano, también condenamos a quien prefiere abstenerse.
4 comentarios:
Por lo que se ve, de igual forma que muchos mexicanos caíste en lo que criticaste. Cuestionas la cultura mexicana que se basa en denunciar y exhibir los graves problemas que aquejan al país y a sus millones de pobladores y no hacer nada. ¿Cual es tu propuesta a esta critica que haces?
Fidel, muchas gracias por tu comentario. Crrectamente notas que hice lo mismo que crítico. Por eso me incluí en el calificativo de 'moralistas'. ¿Qué propongo? Detectar problemas concretos y sugerir soluciones viables. Y dejar de quejarnos de lo mal que está todo en México. ¿Se te ocurre algo?
El que haya discusión, así sea mínima, entre dos o más personas es muestra de que hay preocupación por el estado de cosas. Quiero referirme a la contestación que da Guillermo al comentario de Fidel. Suena bien la propuesta de detectar problemas concretos y buscar soluciones que puedan implementarse. Lo que quiero opinar es que, ciertamente muchos problemas lo son por que las autoridades ya no tienen las tareas que deberían tener, ésto es verdad aunque no pretendo proponer que le digamos al gobierno que haga.... En lo esencial, la mayoría de problemas concretos e históricos tienen una raíz común y la tarea de dedicar durante nuestra vida, una tiempo a entender y analizar la situación no solo nacional, también internacional, me parece que es una enorme y trascendente tarea. No hay propuesta concreta por el momento, mas que buscar una via de discusión como ésta. Y conforme se desarrolle veremos que se hace. Cómo ven?
Muchs gracias por tu comentario, Pedro; ciertamente conviene dedicar un tiempo a entender y analizar las situaciones nacionales e internacionales. Pero, en mi opinión, no podemos quedarnos en el análisis eterno ni en el comentario moralista que les dice a todos los demás 'lo que deben hacer' desde una posición en que 'lo que yo hago es criticar y a cada quien le digo lo que tiene que hacer'.
Es muy fácil encontrar algo que está mal y denunciarlo; es el recurso preferido de quienes no tienen nada que decir pero tienen el compromiso de hablar o escribir en cierta fecha determinada.
Pero, en fin, no me agrada la posición de 'guardian de la moralidad' en la que fácilmente caigo al publicar en los periódicos.
Guillermo Hinojosa
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