lunes, septiembre 27, 2010

PERSPECTIVAS DE ESPERANZA

Autor:José Vicente Hurtado Herrera
Publicado:La Primera de Puebla, 15 de septiembre de 2010
  
     En lo que expresamos, los individuos mostramos aquello que nos inquieta, que nos reta en la existencia, por ello el tema de la esperanza ha sido un tema recurrente en mis colaboraciones.
     La esperanza es una capacidad humana de gran importancia, es la posibilidad de confiar, de ?esperar?, de alcanzar, de ver más allá. Como se afirma en el Diccionario Larousse (1991) ?esperanza es la confianza que se tiene de recibir una cosa?, un acontecimiento, a una persona.
     Existen diversas posturas ante el tema de la esperanza, desde la visión religiosa que la considera una de las tres virtudes teologales, hasta la visión de las Ciencias Sociales que encuentra en el optimismo el término para nombrar la actitud esperanzada.
     Al respecto de las Ciencias Sociales, en los últimos meses he tenido la oportunidad de acercarme a algunos destacados sociólogos contemporáneos: Ulrich Beck, Alain Touraine, Zygmunt Bauman. Ellos con una visión muy clara de la realidad social hacen un diagnóstico de la misma, coincidiendo que la sociedad se encuentra en una profunda crisis, la cual nombran de una manera peculiar: ?la sociedad del riesgo? (Beck), ?el fin de lo social? (Touraine), ?la posmodernidad? (Bauman). A pesar de su aguda crítica, que a primera vista pareciera hundirse en la desesperanza al evidenciar las grandes paradojas y contradicciones del sistema dominante, asumen una postura que con incertidumbre orienta hacia la esperanza.
     Al respecto, me detengo en la interesante postura asumida por Ulrich Beck quien en su obra ?La sociedad del riesgo global? (2002), sostiene: ?no me considero ni optimista, ni pesimista, sino un optimista pesimista?. Dicha expresión resulta a todas luces paradójica y contradictoria, pero frente a la realidad que estamos viviendo sin duda resulta comprensible, además viniendo de estudiosos del fenómeno social evidentemente no nace de la ingenuidad, ni del prejuicio, sino de una postura crítica, de un conocimiento profundo de las cosas.
     Esto me lleva a pensar en uno de los documentos del
Sistema Universitario Jesuita, en donde se dice que la educación superior es una oportunidad para promover en jóvenes universitarios ?una esperanza bien informada?, que les permita afrontar de mejor manera la propia existencia.
     La invitación a promover este tipo de esperanza representa un gran reto para quienes desarrollamos la labor educativa a nivel superior, pues frente a la realidad incierta y violenta por la que pasa nuestro querido México, la actitud dominante en muchos de los alumnos y de nosotros mismos es el pesimismo, la desesperanza, incluso la indiferencia pues ?nada se puede hacer?.
     Parece entonces que a efectos de construir una ?esperanza bien informada? es indispensable leer diferentes medios, escuchar diferentes voces, a fin de formar la propia opinión, de tener una visión crítica ante la realidad, como oportunidad para descubrir posibilidades de esperanza.
     La semana pasada me ha dado material para evidenciar la necesidad de informarse en diferentes medios. Me refiero al caso donde Televisa emite una serie de reportajes sobre anuncios clasificados de servicios sexuales que se publicitan en periódicos del Grupo Reforma; algunos de estos reportajes tuve oportunidad de ver y en ese momento me pareció muy pertinente su ?denuncia?. Sin embargo, el fin de semana tuve la oportunidad de acercarme a otros medios, particularmente a una entrevista que hace Carmen Aristegui (noticiero MVS) a Jenaro Villamil en donde el analista habla de un ?linchamiento moral? de la televisora contra el grupo editorial, por motivos que van más allá de la denuncia legítima contra el comercio sexual.
     La esperanza a la altura de los tiempos y de los problemas que vivimos, debe partir de una visión crítica de la realidad, de una visión bien fundamentada, a fin de generar posturas de vida pertinentemente esperanzadoras, comprometidas por la búsqueda de una vida digna a nivel social y personal. Tal vez desde aquí habría que analizar los festejos del Bicentenario, tratando de entender sus valores, sus límites, sus contradicciones.


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