miércoles, octubre 17, 2012

¿Y el trabajo decente?

Autor: José Vicente Hurtado Herrera
Publicado: La Primera de Puebla, 05 de octubre de 2012

     La Organización de las Naciones Unidas a principios del siglo XXI,
propuso los así llamados Objetivos del Desarrollo del Milenio con
los cuales obviamente se pretende promover mejores
condiciones de desarrollo para la población del mundo, todo ello
en un periodo de 15 años (2000-2015), dentro de éstos se ha
establecido como primer objetivo “Erradicar la pobreza y el
hambre”, y en una de sus metas apela al ámbito del trabajo:
“Lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para
todos, incluidos las mujeres y los jóvenes”; al respecto
recomiendo uno de los videos que presenta la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), sobre el así llamado trabajo
decente.
     Pero ¿qué entendemos por decente? El diccionario Larousse
(2002) lo define como aquello que manifiesta o tiene decencia,
que es de buena calidad o en cantidad suficiente, que tiene
decoro y dignidad. En este sentido ¿podemos hablar que existen
mejores condiciones de trabajo, trabajo digno, dignificante,
decente?
      Resulta evidente que la realidad del trabajo en el mundo y
particularmente en México continúa en una situación crítica y
diversos datos son muestra de ello: la carencia de fuentes de
empleo, salarios bajos, contrataciones temporales con la
imposibilidad de establecer antigüedad, la jubilación como un
derecho que se va desdibujando; aunado a ello la situación de
carencia que viven aquellas instituciones en las que se
concretizan derechos laborales, particularmente me refiero al
Seguro Social, que se encuentra lejos de prestar un servicio de
calidad.
     Reflexionar entorno al trabajo nos obliga a hacer referencia a la
Reforma Laboral que se discute en el país, ahora en la Cámara de
Senadores, y que sin duda ha despertado diversas reacciones,
algunas optimistas de los posibles alcances y beneficios que
traerá a la economía del país, otras escépticas y pronosticando
el impacto negativo sobre los derechos de la clase trabajadora.
     Opiniones van y viene, lo cierto es que hay una profunda
desinformación en el grueso de la
población, falta de información detallada de las peculiaridades de
la propuesta que se discute.
     Frente al ideal del trabajo decente planteado por la ONU, por la
OIT, cabe preguntarse ¿Cuál es papel que viene a asumir la tan
mencionada Reforma Laboral, en la generación de mejores
condiciones de trabajo? ¿Es una reforma que promueve el trabajo
digno y decente para todos, o solamente beneficia a pocos?
Es evidente que ante la pobre información que se da a la mayoría
de la población por supuesto que domina el escepticismo, una
visión poco optimista que ha sido alimentada por las políticas que
han deteriorado la calidad de vida de la clase trabajadora en las
últimas décadas. En este sentido, me resultó revelador el
comentario que escuché hace un par de semanas de parte de
una familiar, mi querido tío Chuy, un panadero hoy jubilado en
San Luis Potosí, que hablando de la situación laboral que se vive
en el país dijo: “por eso dicen que a los pobres (los obreros, los
que reciben salario mínimo, los explotados) sólo Dios les protege,
porque los políticos sólo se preocupan por sus intereses y al final
de cuentas nos acaban jodiendo”. Me resultó revelador su
comentario porque considero representa la opinión de muchos
trabajadores, respecto al papel de los políticos y de las
decisiones que toman para “beneficio de los trabajadores”.
     Sin duda el trabajo tiene varios sentido en la vida de las
personas, por un lado fuente de realización, de proyección
humana, de creación; por otro una indispensable fuente de
ingreso, una forma de obtener los recursos para cubrir con las
necesidades básicas que tenemos; pero también el trabajo
puede representar una forma de explotación, de opresión, de
abuso, es decir, expresiones de trabajo forzado que no se limita
a la coacción para su realización, sino por las condiciones
indignas en que se realiza.
     Ciertamente que en estos tiempos de crisis laboral es un
privilegio contar con un trabajo y habrá que cuidarlo, pero
también defenderlo a fin de que realmente se vaya conformando
en un auténtico trabajo decente, en un trabajo que nos permita
calidad de vida, que nos permita crecer y desarrollar lo mejor de
nosotros; pero también es una oportunidad de promover mejores
condiciones laborales para aquellos que nos prestan un servicio,
pues ellos al igual que nosotros aspiran a fuentes de empleo que
les dignifiquen, que les permitan alcanzar mejores condiciones
de vida.


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