jueves, septiembre 28, 2006

El ambiente que vendrá.

Autor: Benjamín Ortiz Espejel
Publicación: La jornada de oriente, 28septiembre 2006

Reflexiones sobre la próxima política ambiental mexicana.

La historia de la política ambiental en México, si bien es construcción reciente, puede caracterizarse en tres grandes etapas. Su primera época corresponden a una gestación desde las secretarías de salud pública y posteriormente de desarrollo social (1987-1997) en donde el acento de lo ambiental se conceptualizaba como una problemática de “añadidura” de las tradicionales agendas de política pública. Una segunda etapa corresponde a la constitución de la Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (1997-2000), en donde se logró un avance sustancial a incorporar de manera formal en la agenda del desarrollo nacional el llamado Desarrollo Sustentable. Finalmente una tercera etapa (2000- 2006) corresponde a un momento de contradicciones en la política ambiental nacional en donde por un lado se logran avances muy importantes en la construcción de una estrategia de “trasnversalidad ambiental” de agendas de política pública. Pero al mismo tiempo no se logran alcanzar metas tan importantes como frenar la deforestación de nuestro país, entre otros factores porque se autorizan normas oficiales que permiten destruir una hectárea de maglares por la módica suma de 10,000 pesos.

La política pública ambiental que vendrá con el próximo gobierno federal debe tener claro que existen fuertes intereses encontrados en cuanto al tipo de gestión que requieren los ecosistemas de nuestro país. Una política federal ambiental de México debe ante todo reconocer que no se trata solamente de un problema técnico o de racionalidad económica si no que es al mismo tiempo un reto de tipo sociocultural y de sobrevivencia en la medida de que grandes grupos de la población viven gracias a los servicios ambientales que ofrecen los ecosistemas.

La presencia en nuestro país de mas de 1 400 experiencias comunitarias de gestión sustentable de los ecosistemas, muchas de ellas de manera existosa, junto con muchas empresas que han incorporado una política auténtica de responsabilidad social (ISO 26 000) son un botón de muestra que la sociedad civil organizada ofrece alternativas valiosas en la construcción de propuestas innovadoras a favor del desarrollo sustentable. Solo en la convergencia de esfuerzos del sector social, del sector empresarial, de gobiernos locales y federales es como se logrará avanzar hacia un desarrollo sustentable que garantice una vida digna para la mayoría de los mexicanos y no solo para un sector minoritario.

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