Autor: Mtro. Bernardo Reyes Guerra
Publicación. La jornada de oriente, 15 septiembre 2006
Un estudiante de secundaria, llegó muy preocupado y le platicó a su papá que en clase de física habían calculado la velocidad de llegada al suelo de un cuerpo que cae desde un altura fija. El estudiante de 14 años, estaba feliz por que lo felicitaron por sus respuestas correctas, pero también estaba muy preocupado, pues días antes había visto un documental sobre el diseño de paracaídas, donde se hacía énfasis en la forma y textura de las telas para reducir y variar la velocidad de caída.
No entiendo, le dijo a su papá, en clase saqué 10 por usar una ecuación que dice que la velocidad es constante y solo depende de la altura y olvida la interacción con el aire; me felicitaron, pero no entiendo nada. Que hago, Pa? Debes poner más atención, fue la respuesta y el niño dijo: entiendo, estoy de acuerdo, pero atención a qué?
Tradicionalmente, el mundo ha explicado su entorno por medio de desagregar los fenómenos, es decir, se han hecho suposiciones, cancelando las interacciones para poder simplificar la realidad y estar en “mejor” posibilidad de modelarla. Los modelos son recortes de la realidad que han mostrado ser útiles bajo ciertas circunstancias, por lo que han seguido usándose.
A lo largo de los años muchos han olvidado la riqueza de la interacción y por lo tanto lo que se piense o se haga está desconectado de su contexto, por lo que la causa y el efecto manejados por el modelo, pudieran no estar conectados como se creía.
De acuerdo a Don Tapscot, en su libro Creciendo en un entorno digital, nuestro estudiante de secundaria pertenece a la generación net, debido a la gran importancia que tiene para su generación, las interrelaciones facilitadas por Internet y el hipertexto. Hiperleer es leer más allá, es decir, captar los significados de la arquitectura de un escrito.
El hipertexto no es nuevo, se ha usado en los pies de páginas y las notas, como una invitación a que se complemente la lectura y se enriquezca el escrito. Las generaciones nacidas antes de 1980, usualmente consideran estas notas o pies de página como algo adicional, fuera de lo sustancial, hasta el punto que muchos omiten leer esas notas o pies de página.
Un hiperman, un miembro de la generación net, considera que el contexto da una riqueza importantísima a cualquier documento, por lo que cualquier liga o botón en un texto electrónico, no se ve como algo adicional, sino se considera esencial, pues transforma al escrito principal con el significado recogido de las ligas. Un hiperlector, revisa de forma continua, la narrativa principal alterándola con los significados asociados a las ligas sugeridas o bien con las que el propio lector decidió incorporar. Un lector es entonces autor de su propia lectura
Esta red de documentos, genera la arquitectura desde la cual se hace una semiosis (proceso inferencial que se inicia con la percepción del signo y finaliza con la presencia en la mente del objeto del signo), esto hace que lo percibido por el “lector” sea algo diferente de la intención del autor, es decir, la interacción de significados que hizo el usuario establece atributos, quizá no previstos por un autor tradicional.
Es por esto que algunos escritores dicen que hay que revisar la influencia de Kant en Aristóteles o de la globalización en Marco Polo. Esta es una característica de las nuevas generaciones que obliga a los educadores y autores tradicionales a diseñar entornos de significado más que escritos. Quizá somos nosotros los que debemos poner atención.
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