Publicación: E-consulta, 04 de mayo de 2010
"La misión parece imposible, pero la dimisión resulta igualmente imposible"
Edgar Morin.
No puede haber un desarrollo real, sostenido y equitativo para una ciudad, un estado o un país si no se plantea una estrategia seria, consistente y eficiente de apoyo al mejoramiento radical y permanente de la calidad educativa. Esta es la conclusión que se puede extraer de múltiples análisis e investigaciones realizadas por expertos y organismos internacionales.
En esta línea se planteó la conferencia magistral: "Competitividad, educación y desarrollo" que impartió el Dr. José Antonio Ardavín, funcionario de la OCDE en México en el marco del foro sobre "Calidad de la educación" que organizó el movimiento "Actívate por Puebla" en las instalaciones de la UPAEP el pasado viernes 30 de abril.
La Educación es el motor potencial de equidad y desarrollo para toda sociedad y Puebla no es la excepción, pero para lograr hacer realidad esta sociedad con crecimiento económico sostenido, justo e integral es necesario enfrentar grandes retos de calidad en nuestro sistema educativo estatal y nacional.
Para lograrlo, es necesario, decía el Dr. Ardavín, construir una nueva organización del sistema educativo que necesariamente se apoye en dos grandes sustentos inseparables e interdependientes: una mayor autonomía de gestión de las escuelas y un proceso claro y sistemático de rendición de cuentas que sea vigilado por la participación social.
Porque un sistema educativo centralizado y altamente burocratizado como el que hoy tenemos hace muy complicada la instrumentación adecuada de estrategias de mejora para la calidad educativa, al igual que lo obstaculizaría un proceso de descentralización y autonomía escolar que no fuese acompañado por una nueva cultura de rendición de cuentas y revisión por parte de la sociedad acerca de la manera en que se aplican los recursos en cada centro escolar.
Este proceso de autonomía-transparencia requiere sin duda de una corresponsabilidad entre las autoridades gubernamentales, los directivos y profesores, los padres de familia, los estudiantes y las comunidades en las que se insertan las escuelas. Una nueva cultura de participación social real y efectiva es necesaria para enfrentar los desafíos de la calidad educativa en nuestra época.
El movimiento "Actívate por Puebla" tiene como objetivo, aprovechando el momento de cambio de gobierno en nuestro estado y municipios, promover esta nueva cultura de participación social a través de la generación de propuestas que se harán llegar a los candidatos de todos los partidos y alianzas. En este movimiento están involucradas activamente las universidades, los organismos empresariales y las organizaciones de la sociedad civil.
Esta nueva cultura de participación no puede limitarse a generar propuestas y después "vigilar" que el gobierno que sea elegido en las urnas "cumpla" con llevarlas a la práctica. Se trata de un compromiso que implica una mucho mayor responsabilidad porque pretende que la sociedad civil trascienda la visión de que la participación ciudadana inicia y termina el día en que se deposita el voto, para convencerse de que esta participación tiene que ser cada vez más activa, constante, organizada y corresponsable.
De esta manera, en las distintas mesas de trabajo del foro sobre calidad educativa se plantearon propuestas para hacer llegar a los candidatos, pero se planteó también como coincidencia la idea de mantener el trabajo en red para colaborar con las autoridades educativas del próximo gobierno en el diseño, la operación, el seguimiento, la investigación y la evaluación de proyectos de formación docente, formación de valores, introducción de tecnologías de información y comunicación en la escuela, cambios en la legislación y normatividad educativa en el estado, etc.
La realidad exige un cambio de actitud y un salto cualitativo importante desde la pasividad que espera todo del gobierno hacia la participación que colabora y exige, desde la competencia entre instituciones hacia el trabajo en red que respeta las diferencias, desde la mera denuncia hacia la construcción conjunta de alternativas.
En efecto, como dice Morin: La misión de elevar la calidad educativa para generar desarrollo parece imposible, pero no podemos renunciar a ella, porque la dimisión, resulta igualmente imposible. Es hora de activarnos por la calidad educativa.
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