Autor: Gerardo Reyes Guzmán
Publicación: La jornada de oriente, 9 de noviembre 2001
En un artículo especial publicado recientemente por el semanario alemán Die Zeit, se afirma que en la actualidad existen 200 millones de personas que viven fuera de su lugar de nacimiento. Las corrientes migratorias actuales sientan ya un precedente en la historia del siglo XXI. Miles de personas optan por buscar un mejor destino en regiones consideradas como prósperas. Pero no sólo es el factor económico lo que las hace abandonar sus hogares, sino la pobreza, la opresión, la guerra y la falta de libertades. No obstante, el precio de dejar atrás a sus países se vuelve cada vez más alto por las dificultades que deben superar antes de establecerse en el destino elegido, y porque los movimientos xenofóbicos en las regiones receptoras toman cada vez más fuerza. Se les acusa de vivir a expensas del gasto público, incrementar los índices de criminalidad y estar poco dispuestos a integrarse a las costumbres y leyes de los países anfitriones. Se calcula que anualmente emigran 1 millón 350 mil personas a los Estados Unidos, 1 millón 83 mil a Europa y 103 mil a Oceanía. Las regiones expulsoras son América Latina y el Caribe, África y Asia con 804 mil, 455 mil y 1 millón 297 mil personas al año respectivamente.
Fuente: Die Zeit (28 de septiembre de 2006) Die Welt in Bewegung. 200 Millionen Menschen suchen ihr Glück in fremden Ländern. Ein Migrantions-Spezial: 25-27.
Como lo señalan las gráficas, México y Estados Unidos encabezan las estadísticas como principales expulsores y receptores de migrantes respectivamente. Sorprende que México, a pesar de su vitoreado equilibrio macroeconómico, destaque en la lista de países expulsores entre los que se encuentran naciones tradicionalmente sobre pobladas como China e India, pero otras muy pobres y con endeble estabilidad política como Sudán, Filipinas, Pakistán o Indonesia. El crecimiento de flujos migratorios ha dado lugar al fortalecimiento de redes organizadas de tráfico de indocumentados, negocio que se posiciona entre la venta de armas y el narcotráfico. En número de mujeres emigrantes ha venido en aumento, lo que no sólo alimenta los canales internacionales de prostitución, sino provee que de mano de obra barata a labores domésticas y de intendencia.
Análogamente, se incrementa la participación de mano de obra calificada; maestros polacos trabajan en la construcción en Gran Bretaña o técnicos mexicanos participan en la cosecha vinícola de California. Está probado que los migrantes benefician a los países receptores, mientras que a los expulsores los dota de divisas producto de las remesas. Se estima que los migrantes envían a sus países de origen 230 mil millones de dólares al año, cantidad tres veces mayor que las registrada a finales de los 90. Para Bangladesh, las remesas representan un tercio de su entrada total de divisas. El costo de oportunidad de estas sumas es a menudo la fuga de mano de obra calificada en los países de origen. Por ejemplo, mientras médicos canadienses emigran a los Estados Unidos, Canadá cubre sus necesidades con doctores de Sudáfrica y a su vez este país importa personal especializado de Mozambique. En otros países desarrollados como Alemania, se registra una salida importante de mano de obra calificada que obedece a altas tasas de desempleo y a la falta de oportunidades de desarrollo.
Científicos alemanes buscan mejorar sus perspectivas en los Estados Unidos, Suiza y Gran Bretaña. Este nuevo fenómeno sugiere que el factor competitividad ya no sólo determina los flujos de mercancías y de capital, sino de mano de obra. Por otro lado, los países receptores comienzan a obstaculizar el ingreso de migrantes, por miedo a su seguridad, pero también porque éstos amenazan con deteriorar sus niveles de bienestar vía bajos salarios. El tráfico de indocumentados procedentes de África a España, ha hecho que las autoridades hispanas refuercen las fronteras; de 2000 a la fecha han emigrado dos millones de africanos a España.
La Comisión Europea ha aprobado un presupuesto de 3.3 millones de euros a favor de Italia, España y Malta para detener la emigración ilegal, pues estos países constituyen puertas para internarse a Europa Occidental. España ha hecho lo posible para legalizar a los denominados clandestinos. En 1996 y en 2001 se otorgó una amnistía para regularizar a 700 mil personas, no obstante se cree que hay todavía 800 mil que permanecen sin documentos por temor a ser deportados. No sólo de África aumenta la migración a Europa, sino del Este; a partir de la expansión de la Unión Europea en mayo de 2004, se desató una ola migratoria hacia Europa Occidental de magnitudes poco antes vistas. Inglaterra, Irlanda y Suecia abrieron sus puertas a los diez nuevos miembros de la Unión. Gran Bretaña ha sido el destino de 1.4 millones de migrantes en los últimos cuatro años, 400 mil de ellos procedentes de Polonia. Esto ha significado movimientos en el sector de vivienda y servicios, encareciendo por ejemplo el precio de la casa-habitación y aumentando la demanda de servicios relacionados con el proceso de integración como los cursos de inglés, entre otras cosas.
Los nuevos migrantes se caracterizan por ser jóvenes, flexibles y altamente calificados. El 82% de los polacos recién llegados al Reino Unido tiene entre 18 y 32 años; se emplean como choferes, obreros, almacenistas, cocineros, en labores de limpieza, en la agricultura, de meseros, enfermeros y en las ventas. Se piensa que su estancia será temporal, lo que se traduce en mayores impuestos para el gobierno británico y menos gastos, pues en el tiempo en que demanden seguridad social ya habrán retornado a su país. El número de migrantes rebasó todos los cálculos de expertos en migración de la Gran Bretaña. Ahora se estima que cuando Rumania y Bulgaria se sumen a la Unión Europea, los ingleses recibirán 620 mil migrantes más. Hasta ahora no ha habido protestas por la nueva ola migratoria y es que el Reino Unido reporta una de las tasas de desempleo más bajas en los últimos años. Sin embargo, con la recesión que se avecina en los Estados Unidos, no se descartan brotes xenofóficos en la isla. A pesar de todo, aún operan mafias de traficantes que proveen mano de obra a precios fuera de la ley. Por ejemplo, se sabe que en Italia en la ciudad de Foggia, laboran en la cosecha del tomate 30 mil polacos percibiendo 2 euros la hora, situación que ha provocado un escándalo en la Unión Europea.
Análogamente, se afirma que en la actualidad viven 33 millones de chinos fuera de su país, cifra que equivale a sólo 2.5% de la población, pero muy superior a los 12 millones registrados en los años 60 y 22 millones en la década de los 80. Pero lo que ahora resalta, es el perfil de los emigrantes chinos, pues se distinguen del resto por ser extraordinariamente productivos e interesados por la superación personal. De 1978 a 2004 salieron 815 mil estudiantes chinos al extranjero de los cuales menos de un tercio regresó. Se calcula que en Francia y Estados Unidos viven 70 mil y 500 mil chinos indocumentados respectivamente. La mayoría de los emigrantes proceden históricamente de Taiwán, Hong Kong, Guandong y Fujian. Sin embargo, conforme se apuntala el progreso en China, los flujos migratorios van tomando el sentido contrario, lo que podría colocar a ese país como un polo de atracción migratoria en un futuro muy próximo.
Los flujos migratorios se dan en un contexto de un profundo cambio estructural en la economía mundial, de tal suerte que las naciones tradicionalmente ricas y desarrolladas pierden paulatinamente participación en el comercio y creación de riqueza mundiales, pues el dinamismo en el crecimiento económico actual, tiene lugar en el llamado mundo subdesarrollado.
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