Autor: Martín López Calva
Publicación: El columnista, 22 de abril de 2010
El muy conocido “informe de la comisión Delors” realizado para la UNESCO y publicado con el título de “La educación encierra un tesoro” acuña el concepto de “Educación a lo largo de la vida” que ha ido permeando cada vez más el campo de la Educación sobre todo en Europa y empieza a introducirse también en nuestro país.
Este concepto plantea que la educación, a partir del siglo XXI no podrá ser más un proceso dirigido exclusivamente a los niños, adolescentes y jóvenes, que inicia en el jardín de niños y termina en la licenciatura o el posgrado.
La idea de una “educación a lo largo de la vida” es que los ciudadanos de este nuevo milenio tendrán el compromiso y la exigencia social de continuar preparándose de manera permanente no importando su edad o condición laboral. La sociedad del conocimiento exigirá cada vez más a las personas la actualización constante para poder seguir participando de la vida social y cultural y no autoexcluirse de la dinámica humana.
Porque la producción y regeneración acelerada del conocimiento en todos los campos de la vida humana hace que actualmente una persona al egresar de una carrera universitaria o incluso de una maestría o doctorado se encuentre ya rezagada respecto a los últimos descubrimientos, teorías, métodos, técnicas e instrumentos de su campo profesional.
Además de lo anterior, la dinámica social está abriendo espacios para incorporar a todos los ciudadanos a procesos formativos sean estos parte de programas formales o procesos más bien libres y no ligados a determinado grado o nivel escolar.
De manera que la “Educación a lo largo de la vida” implica por una parte lo que se concibe actualmente como “capacitación” o “actualización” para profesionales o empleados en servicio que necesitan adquirir las nuevas teorías, métodos y técnicas para desempeñar mejor su trabajo de acuerdo a la evolución que cada campo va sufriendo de manera cada vez más rápida.
Pero implica además la oferta de espacios abiertos y flexibles para la “alfabetización” en “Tecnologías de información y comunicación” de los llamados “migrantes digitales”, para el aprendizaje de otros idiomas que se están requiriendo cada día más tanto por la globalización del trabajo como por la dinámica de movilidad internacional de personas que es cada vez mayor, así como para el desarrollo humano, la apreciación artística y el uso productivo del tiempo libre de adultos y adultos mayores que quieren complementar su formación y crecer en distintas dimensiones de su persona.
Este nuevo concepto educativo tiene un funtamento filosófico en la visión dinámica, histórica, abierta e inacabada del ser humano que se acepta hoy prácticamente de manera universal.
El filósofo catalán Octavi Fullat, afirma que el ser humano no es educable sino educando. Esto quiere decir que la humanidad tiene como rasgo fundamental el no terminar nunca su proceso de formación, sino estar siempre abierto (“siempre ya y todavía no” dice el Dr. Ricardo Avilés) a ulteriores aprendizajes y a más elaborados, más amplios, más profundos conocimientos teóricos, prácticos y existenciales.
Esta visión coincide con la idea de muchos filósofos acerca de la humanidad como “especie no fijada”, como colectivo en constante evolución, en permanente lucha por “llegar a ser lo que es”, porque como afirma el filósofo canadiense Bernard Lonergan: “Ser humano es algo que si lo somos, lo somos sólo precariamente. Es un continuo reto”.
En ninguna época como en la actual esta característica humana de inacabamiento y exigencia de autoconstrucción –humanización permanente- había sido tan evidente y necesaria socialmente hablando. De ahí la pertinencia y actualidad de este concepto de “educación a lo largo de la vida”.
Esta necesidad de formación continua exige de cada persona una actitud de apertura al aprendizaje y de deseo de saber, que necesita tomar forma en una planeación individual de la formación permanente al modo de lo que se llama técnicamente elaboración de un “plan de vida y carrera”.
Por otra parte, a las instituciones de educación superior este nuevo rasgo les está pidiendo una reestructuración que deje atrás la visión rígida tradicional de licenciaturas y posgrados bajo la que está cimentada toda la organización universitaria y abrirse a una nueva estructura flexible y multidisciplinaria que a partir de la creatividad universitaria diseñe nuevos conceptos, nuevos planes y procesos formativos que respondan con una oferta amplia, variada, ajustada a las necesidades de cada persona, pensada para perfiles diversos y no homogéneos, a la demanda de educación de adultos que será cada vez mayor.
Tratando de responder a esta nueva visión de la “educación a lo largo de la vida”, la Universidad Iberoamericana Puebla ha abierto recientemente su programa de “Universidad para adultos mayores”, que viene a complementar su oferta de programas de licenciatura, diplomados, cursos de actualización y Educación continua y posgrados. Como afirma la página web de la universidad: “Este programa incluye: conocimientos científicos, humanísticos y artísticos; actualización en tecnologías de información y comunicación; formación de grupos de interés; viajes culturales guiados, etc. Lo anterior con el fin de ampliar el horizonte de intereses y actividades de los adultos mayores, propiciar la realización personal, la renovación vital y hacer los ajustes necesarios para enfrentar la etapa existencial de los adultos mayores...”
Se trata de un programa novedoso que ha tenido mucho éxito en la sociedad de Puebla y que seguramente irá implicando la reorganización progresiva de la oferta universitaria que construya un “continuo educativo” que irá desde el bachillerato –“Prepas Ibero”- hasta los espacios flexibles no ligados a grados oficiales para profesionistas y no profesionistas de todas las edades que respondan a esta demanda de “educación permanente” , pasando obviamente por las licenciaturas, maestrías y doctorados.
Para empezar un proceso de sistematización y reflexión sobre el reto de la “Educación a lo largo de la vida”, la UIA Puebla organiza, a través de la dirección de Educación continua y el Campo estratégico de acción en modelos y políticas educativas, el “Primer foro sobre educación de adultos y adultos mayores” que se realizará el próximo viernes 23 de abril en el aula magna “Alejandro Morales Palacios” (C-201) de 9 a 17 hrs.
En este espacio se reunirán investigadores y formadores de adultos y adultos mayores para compartir experiencias y reflexiones sobre esta nueva era de la educación en la que la escuela y la universidad tendrán que democratizarse y estar abiertas a todos y pensarse de manera que los estudios universitarios tengan diversas formas de iniciar pero formalmente no tengan una terminación cerrada por la obtención de un título.
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