martes, marzo 01, 2011

Distancia Jerárquica

Autor: Alexis Vera   Rec. 210211
Publicado: E-consulta, 21 de febrero de 2011 

      ¿Por qué en México usamos tanto la palabra ‘licenciado’ para nombrar a alguien que suponemos terminó la universidad? ¿Por qué no les llamamos por su nombre simplemente? Con frecuencia escuchamos en cualquier oficina: licenciado Pérez le buscan en la recepción… Ingeniero Gómez aquí tiene sus notas...  En contraste, es poco frecuente escuchar: Joaquín le buscan en la recepción, o Rodrigo aquí tiene sus notas; es decir, formulaciones que empleen el nombre de pila de las personas, que le hablen por su nombre propio, aunque sea de usted, pero por su nombre, no por el título de su profesión. ¿Qué significa todo esto? ¿Hay algo detrás del uso de la palabra licenciado, ingeniero o abogado? De acuerdo con diversos autores tales expresiones develan una distancia jerárquica alta en la sociedad, es decir, una aceptación de la desigual distribución del poder.
     El holandés Geert Hofstede, autor de libros sobre gestión intercultural, publicó hace más de 20 años un estudio sobre diferencias culturales y su impacto en las empresas. En este estudio Hofstede apunta que no todas las sociedades somos iguales, al contrario, todas tenemos formas diferentes de resolver los mismos problemas. A eso le denominó ‘diferencias culturales’. Por ejemplo, los ciudadanos mexicanos y los ciudadanos austriacos tendemos a organizar el trabajo de manera diferente. En México somos más improvisados y en Austria son más planeados; o, dicho de otra manera, los mexicanos planeamos poco y los austriacos improvisan poco. Somos –en efecto- diferentes, y eso hace que obtengamos también resultados diferentes en las cosas que hacemos.
     Hofstede identificó cinco grandes aspectos fundamentales en los cuales los países pueden diferir culturalmente: 1) Distancia jerárquica; 2) Individualismo; 3) Masculinidad; 4) Control de la incertidumbre; 5) Orientación al largo plazo. En este artículo me enfocaré al primero, desde el punto de vista de la cultura mexicana.
     El índice denominado ‘Distancia Jerárquica’ (DJ) en síntesis se refiere a qué tanto es aceptado en una sociedad la desigual distribución del poder. Las culturas con DJ alta son sociedades más desiguales que aquellas con DJ baja. En las primeras es aceptado que el poder sea acaparado por unos cuantos y poco distribuido entre la mayoría. Las culturas latinas tienden a ser de alta DJ: los jefes por lo general ganan muchísimo más que los demás y tienen –por ejemplo- oficinas enormes aunque los demás tengan apenas un escritorio medio amontonado. Las culturas con DJ baja (las nórdicas por ejemplo) tienen una diferencia salarial estrecha, es decir, el máximo jefe de una organización –pública o privada- gana entre 7 y 8 veces el sueldo del empleado de menor rango. En contraste, en México el promedio es de 80 a 1; esta desigualdad es vista como normal para los mexicanos. En efecto, para nosotros es aceptable que el súper jefe llegue en una camioneta de lujo y que tenga el mejor lugar para estacionarse aunque la mayoría de los empleados llegue en microbús porque no les alcanza ni para un Chevy. Para nosotros es normal –y hasta bien visto- que existan lugares VIP en todos lados; creemos que es bueno que haya diferencias entre los que más tienen y el resto de la gente.
     La DJ alta también se refleja en nuestro lenguaje. Hablar de usted y de licenciado, ingeniero o abogado es también una señal de DJ alta. Es señal de que todos somos iguales pero hay unos más iguales que otros –como dirían por ahí-. En efecto, en las culturas latinas nos encanta hacer notar que no todos tenemos el mismo rango social; que hay niveles; que hay diferencias entre nosotros que se deben tomar en cuenta para relacionarnos.
     En las sociedades de menor DJ, nada de eso es aceptable. Nadie se habla de licenciado o ingeniero; ni siquiera existe la fórmula ‘usted’ en muchas de sus lenguas. Así podríamos analizar cada aspecto de la vida social en dichas culturas y encontraríamos que entre ellos se consideran primordialmente iguales desde el punto de vista social, por eso tienen, en efecto, sociedades más igualitarias que la nuestra. Todo es cuestión de paradigmas.
     Las sociedades más avanzadas del mundo tienen una DJ baja de acuerdo con los estudios de Hofstede. Si nosotros queremos alcanzar estadios de desarrollo superiores necesitamos hacer muchas cosas, pero podríamos empezar reduciendo nuestro índice de distancia jerárquica. Esto, con el paso de los años, nos traerá una sociedad menos desigual y, por lo tanto, con mayor potencial de alcanzar un desarrollo sostenible.


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