viernes, marzo 18, 2011

Líderes sin liderazgo

Autora: Laura Angélica Bárcenas Pozos
Publicado:  E- consulta, 16 de marzo de 2011

     Hoy, cuando se busca la formación de personas competentes para la ciudadanía que cree una sociedad económicamente sustentable y humanamente digna estos temas se vuelven imprescindibles. Porque los alumnos no son los clientes de las instituciones educativas, sino la sociedad que los requiere para que la transformen sensatamente. Las condiciones de vida digna serán la verdadera calificación que se obtenga, los maestros no deben ceder ante los alumnos provenientes de hogares donde lo que importan son las notas y no realmente los aprendizajes.
     En los últimos meses, los que nos dedicamos a la reflexión de los asuntos educativos en nuestro país hemos estado revisando y analizando las recomendaciones que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) hizo a México a partir de los resultados de la prueba PISA, misma que se aplicó a estudiantes de bachillerato con la intención de mejorar la calidad educativa en México.
     Estas recomendaciones se centran en los profesores y los directivos, resultándonos de mucho interés, pues sin descubrir el hilo negro, han puesto el dedo en la llaga de dos aspectos que son urgentes e importantes de resolver, pero que están en medio del jaloneo entre las autoridades educativas y sindicales, habiendo muchos intereses políticos complicadamente entrelazados y difíciles de desatar para mejorar las intencionalidades de los actores de la educación.
     Aunque todos sabemos que los profesores son los directamente involucrados en el mejoramiento de la calidad educativa de nuestra escuela pública, esta vez me interesa hablar de los directivos, pues ellos son los actores que mantienen la estructura en la cual están parados los profesores para desempeñar su labor, además de que de estos actores se está esperando mucho y, según los expertos, están amarrados de manos en la toma de decisiones. Las recomendaciones que la OCDE hace sobre los directivos son: a) Definir la dirección escolar eficaz, b) Profesionalizar la formación y asignación de plazas a los directores, c) Fortalecer el liderazgo instruccional en las escuelas, d) Aumentar la autonomía escolar y e) Garantizar el financiamiento a todas las escuelas.
     Si uno lee y analizan cuidadosamente estas propuestas puede darse cuenta, aunque no sea un experto del tema educativo, que no es posible que en pleno Siglo XXI y con la estructura del sistema educativo nacional (en donde la responsabilidad directa de que la educación ejerza su función está en los directores y en los profesores) aún no se hayan definido las características de una dirección eficaz, esto es una omisión que carece de toda lógica.
     Hasta ahora, a noventa años de la fundación de la SEP, se está pensando en profesionalizar la formación de los directivos, lo que indica que cualquiera, con buenas relaciones políticas con los líderes sindicales, puede llegar a ocupar el puesto de director, pero tal vez esta persona no tenga las cualidades intelectuales, profesionales y morales para ejercer esta función. Además, es hasta ahora que se considera la posibilidad de que se les otorgue a estos actores autonomía en su función directiva, parece hasta irrisorio, porque entonces ¿cómo hacen su función directiva los directores de escuelas públicas?
     Se entendería que los directores tienen que establecer las garantías institucionales para que los profesores puedan ejercer su función docente, y que además son los líderes de dichas instituciones, por lo tanto son guías de alumnos, profesores y padres de familia para que la escuela alcance su fin último; además que tienen la capacidad de tomar decisiones para el mejor funcionamiento de la institución educativa. Pero entonces, ¿cuál es el rol que juega un director ahora?
     De acuerdo a lo que han planteado los expertos al hacer el análisis de las recomendaciones de la OCDE, los directores tienen pocas o nulas posibilidades de llevar a cabo su actividad, pues además de no haber recibido preparación para desarrollar la gestión escolar, no les permiten tomar decisiones sobre los aspectos fundamentales de la escuela, es decir, que líderes sindicales, padres de familia, docentes y hasta alumnos impiden que desarrolle su labor; debemos recordar que no se les dota a las escuelas de recursos económicos para sus funciones más vitales como pago de luz, agua potable, gises, plumones (en el mejor de los casos), papel, etc. Así que una función clara de los directores es trabajar junto con padres y profesores para mejorar la escuela, hacerla crecer y obtener los elementos básicos para su funcionamiento partiendo de cero.
     Es por eso que la sociedad de padres de familia establece una cuota de inscripción entre los padres, si no la escuela no tendría los medios para funcionar, y en muchas ocasiones, los directivos se ven en la necesidad de retener documentación de alumnos cuyos padres han sido morosos con su cooperación, en función de ser justos con aquellos que sí han cooperado, teniendo a la opinión pública como verdugo. Tampoco tiene posibilidades de despedir a un profesor que no está cumpliendo adecuadamente con su función docente, ni siquiera de hacerle recomendaciones para mejorarla, pues éste está protegido por el sindicato; aunado a esto, en muchas ocasiones no puede tomar la decisión de expulsar a un estudiante que está rebasando los límites de la buena y sana convivencia escolar, entre otros ejemplos.
     Así que lo único que le queda por hacer es permitir que los padres de familia, a través de la sociedad de padres, administren los recursos, que los profesores desempeñen su labor como lo consideren mejor, que los alumnos tengan una buena conducta para no llegar a malos momentos, que no suceda nada extraordinario en su escuela para que la opinión pública no lo vea. Por lo anterior, no tengo más posibilidad que concluir que los directores escolares son líderes sin liderazgo.

No hay comentarios.: