Autora: Luz del Carmen Montes
Publicación: La primera de Puebla, 23 de febrero de 2010
Actualmente en los programas de estudio de primaria, secundaria, preparatoria y de educación superior se indica que los estudiantes deben aprender desarrollando proyectos en los que apliquen conocimientos a situaciones reales. La consigna es buena, pero como en muchas ocasiones no se han preparado a los profesores y no hay claridad sobre cómo llevar a cabo esta tarea.
De aquí que podemos encontrar proyectos escolares con objetivos como: concientizar a las personas del daño al medio ambiente por el uso excesivo de bolsas de plástico; dar a conocer el beneficio de integrar frutas y verduras a la dieta diaria; y, conocer las consecuencias del consumo de comida chatarra.
Los verbos como concientizar, dar a conocer, sensibilizar, proponer, promover, realizar, informar, difundir, reflexionar, conocer, no son verbos correctos – para mis alumnos son verbos prohibidos - pues no cumplen con el atributo de factibilidad inherente a un objetivo. ¿Cuáles son los resultados que deben presentarse para estos supuestos objetivos? En un reporte escrito ¿puede demostrarse que ya se informó, ya se conoció, ya se concientizó, ya se sensibilizó?
Otro error frecuente en dichos trabajos es el uso verbos que son actividades y que por tanto no reflejan el suficiente nivel de complejidad para un objetivo: resolver, capacitar, elaborar, buscar, encontrar, calendarizar, recolectar, dibujar, observar, etc. Un verbo adecuado para un objetivo debe poderse alcanzar a través de actividades, no es una actividad.
Desafortunadamente este problema no es privativo de los trabajos escolares. La semana pasada pedí a mis estudiantes que revisaran los verbos utilizados en los objetivos de reportes de investigación de revistas arbitradas (en línea). Resultó que el verbo más utilizado es analizar y después determinar; pero los estudiantes encontraron, en un alto porcentaje de verbos prohibidos: llevar, buscar, proponer, dar a conocer, conocer, detectar, etc. El colmo, desde mi punto de vista, fue el verbo concebir; ¿cómo se demuestra que ya concibió? Una alternativa para este verbo, es conceptualizar y como evidencia de ello se presenta el modelo o el sistema que se ha conceptualizado.
Definitivamente, hay verbos mucho mejores. Los verbos no sólo permitidos, sino correctos, por su nivel de factibilidad son verbos como diseñar, evaluar, diagnosticar, caracterizar, determinar, identificar, estructurar, comparar y simular, entre otros. Todos se pueden alcanzar a través de actividades, son claros, son alcanzables y en un reporte es posible presentar evidencias de que lo que se diseñó, se caracterizó, se comparó, se evaluó, etc.
Hay otros verbos a los que yo les llamo verbos riesgosos. Analizar es un verbo muy utilizado pero muy mal aplicado pues no se maneja de acuerdo a su significado real. Según la Real Academia Española (RAE) análisis significa distinción y separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos; la segunda acepción, es examen que se hace de una obra, de un escrito o de cualquier realidad susceptible de estudio intelectual. Por tanto si se tiene un objetivo como analizar las consecuencias o analizar los efectos ¿cuál es el todo que se divide? ¿No se quiere en realidad determinar? Aplicar también es un verbo riesgoso pues su utilización depende del objeto al que se someta tal acción: si se aplica un cuestionario es una actividad, si se aplica un programa o un sistema es un verbo para objetivo.
Un verbo ideal para los profesionistas, sobre todo para los ingenieros es implementar. La RAE define este verbo como poner en funcionamiento, aplicar métodos, medidas, etc., para llevar algo a cabo. No debe confundirse con implantar que según la misma RAE es plantar, encajar, injertar. Implementar se puede expresar a través de actividades y a través de otros objetivos. Cuando un ingeniero implementa un sistema o un programa, diagnostica, diseña, aplica y evalúa.
Elegir los verbos para los objetivos de un proyecto, no sólo es cuestión de manejo de lenguaje, es cuestión de tener en mente con claridad lo que se quiere alcanzar. El objetivo marca el rumbo de un proyecto, le da sentido al camino que hay que recorrer para alcanzar los resultados. Con el objetivo se declara la intención. Los verbos prohibidos no comprometen.
En otro terreno, en el terreno de la vida, también encontramos verbos prohibidos como mentir, engañar, deshonrar, defraudar… Nosotros finalmente somos quienes podemos elegir nuestros verbos: luchar, estudiar, amar, disfrutar, honrar… Mi amigo, Javier Nava dice que quien no elige ni disfruta sus verbos, no es sujeto en la vida.
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