viernes, marzo 02, 2012

De panzazo: ¿criticidad o pataleo?


Autor:  Martín López Calva, datos del autor haz click aquí
Publicado: Puebla en Line, 24 de febrero de 2012
                                   
         “Décadas de ministros de Educación analfabetos, estúpidos o cobardes han hecho que los españoles confundan espíritu crítico con pataleo…Nos han convertido en un país amotinado y acrítico…” Así tuiteaba este domingo el escritor Arturo Pérez Reverte su opinión sobre el efecto de una educación con deficiencias en el desarrollo de un pensamiento crítico auténtico en las nuevas generaciones de españoles.
         No es lo mismo espíritu crítico que pataleo o pensamiento crítico que descalificación o amotinamiento. El verdadero espíritu crítico es el que se muestra en los juicios fundamentados y razonables sobre una realidad que se ha comprendido adecuadamente a partir de información suficiente y relevante.
         El pensamiento crítico, dice Mathew Lipman, creador del método de Filosofía para niños, tiene tres características fundamentales: Es autocorrectivo, es sensible al contexto y se sustenta en parámetros o criterios.
         Un pensador realmente crítico siempre empieza por la autocrítica, es decir, por la revisión de sus propias afirmaciones e ideas para analizar su validez y veracidad y corregirlas cuando es necesario.
         Por otra parte, un buen pensador crítico se muestra siempre sensible al contexto, de tal modo que se pregunta continuamente por la pertinencia del momento y el modo en que va a hacer sus planteamientos, buscando siempre la asertividad para que los argumentos y cuestionamientos que expresa tengan un efecto transformador en su entorno.
         Finalmente, el espíritu crítico se manifiesta en juicios, argumentos y preguntas que expresan con claridad el parámetro o criterio desde el cual se afirman, sabiendo que no hay ningún punto de vista único y absoluto sino que toda realidad tiene siempre varias perspectivas desde las cuales puede ser conocida y analizada.
         Todos estos elementos vienen a colación a partir de los tuits de Pérez Reverte porque tal parece que la educación mexicana adolece de lo mismo que señala este destacado escritor y periodista en el caso español. En efecto, la realidad nacional reciente da muestras de que estamos en una sociedad “acrítica y amotinada”, una sociedad que confunde “espíritu crítico con pataleo”.
         El viernes 24 de febrero se estrenará en las pantallas de nuestro país el documental “De panzazo”, dirigido por Juan Carlos Rulfo y Carlos Loret de Mola. En días recientes se han tenido solamente algunas funciones de prestreno para públicos selectos. Uno de estos prestrenos fue el que se hizo con los socios del Consejo Mexicano de Investigación Educativa y otro muy publicitado, el que se realizó con personalidades de la política y la cultura.
         En el portal periodístico “Educación a debate” se publicaron en días pasados una reseña muy puntual sobre el diálogo sostenido entre los productores (Mexicanos primero) y directores de la película y los investigadores educativos que acudieron al prestreno y una excelente reseña del documental, escrita por el Dr. Pedro Flores Crespo. Ambos textos muestran con claridad la lucidez fruto del espíritu crítico de los investigadores, que con distintos matices y tendencias ideológicas criticaron lo presentado en De panzazo.
         Sin embargo tanto en el portal referido como en las redes sociales se ha desatado una creciente reacción que descalifica el documental a priori. Un gran número de personas ha publicado entradas en Facebook y Tuiter dando por hecho que se trata de una obra “amarillista”, tendenciosa, con “visión empresarial”, etc. Y que por el simple hecho de que uno de sus directores –que es autor del guión y  narrador- trabaja en Televisa, el documental es un producto de una especie de conspiración para denostar a los maestros mexicanos.
En la mayoría de ellos se plantea una explícita pero poco fundamentada descalificación del documental por estar protagonizado por un empleado de Televisa –lo que hace que la película no necesite ser vista y se dé por hecho que es mala- que es la responsable de la tragedia educativa nacional y quiere culpar a los “pobres maestros, directores, padres de familia, alumnos, autoridades educativas y lideresa sindical” de los malos resultados de nuestra educación.
         Indudablemente los medios de comunicación y el duopolio televisivo tienen muchos elementos cuestionables. Sin embargo, llama la atención esta ola de descalificación y pataleo disfrazado de espíritu crítico porque la mayoría de quienes se han manifestado en contra en las redes sociales ni siquiera ha visto “De panzazo”.
         Una buena crítica tendría que venir de la experiencia de ver el documental, analizarlo, entender la realidad que ahí se refleja y preguntarnos seriamente qué tan real es eso que vemos en la pantalla y qué cosas pueden ser falacias o afirmaciones no sustentadas. Para ello, habrá que ver De panzazo.

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