lunes, marzo 05, 2012

El desafío de la hiperespecialización en la Educación Superior



Autora: Rocío Barragán de la Parra
Publicado: La Primera de Puebla, 29 de febrero de 2012

     Hace unos días leyendo a John Maeda, egresado del MIT, considerado por la revista Esquire como uno de los hombres más influyentes de este siglo y autor de la leyes de la simplicidad, llamó mi atención la siguiente anécdota: “En una época en que mi carrera estaba muy especializada, mi profesor Nicholas Negroponte me  aconsejó que fuese como una bombilla en lugar de como un rayo láser, el profesor argumentaba que aunque con un láser es posible iluminar un solo punto, se puede utilizar la misma cantidad de luz para iluminar todo aquello que nos rodea. Alcanzar la excelencia implica sacrificar todo lo que se encuentra en segundo plano y ocuparse de lo prioritario; entonces comprendí que el desafío está en encontrar el sentido a todo cuanto nos rodea en lugar de limitarme a lo que tengo delante”
     Esta historia me hizo pensar en la diversidad de programas académicos Universitarios que hoy buscan distinguirse ofertando Licenciaturas que hasta hace unos años eran especialidades a las que se accedía sólo a través de estudios de especialidad o maestría.
     La anécdota de John Maeda ayuda a ilustrar mejor este fenómeno; la planeación y diseño de un programa de estudios debe ser como un foco o una bombilla, ya que debe considerar, además de  la formación académica centrada en la profesión (visión de láser), el desarrollo del pensamiento complejo de los estudiantes, posibilitar la transversalidad de los contenidos de otras áreas para ser capaces de identificar las disciplinas paralelas que ayudan y fortalecen el ejercicio de una profesión. Integrar los competencias que les permitan trabajar en entornos autogestivos e interdisciplinarios; además de comprender, vincular y responder ecológica y sustentablemente a las necesidades sociales, políticas, económicas y jurídicasdel entorno (visión de foco o bombilla).
     No se trata de  desestimar la importancia de promover las áreas de especialización en la profesión, sino de poner énfasis en la necesidad de formarse primeramente, en un área de conocimiento integral de la profesión y a la vez común al resto de las profesiones, que permita a través de conocimientos, habilidades y actitudes,  construir una infraestructura intelectual y valoral de la realidad social de nuestro país y una visión global del mundo.
     A manera de ejemplo podríamos comparar este fenómeno con la formación de un Médico: cuando éste concluye su grado de Licenciatura obtiene un título profesional como Médico General, es decir se avala su formación en el grado de foco o bombilla; sería absurdo pensar que en ese tiempo podría concluir también una especialidad médica que le faculte en conocimientos y habilidades relacionadas con  un problema de salud   de una determinada área del cuerpo humano como  la pediatría, ginecología, ortopedia, endocrinología o geriatría.
     Para lograrlo es necesario especializarse a través de estudios adicionales diseñados con una intención diferente, mayor práctica con pacientes, estadías en centros de salud, conocimientos más específicos pero de mayor profundidad y sobre todo, actualización constante.
Del mismo modo aplica para cualquier profesión, el paso por la Licenciatura permite obtener el enfoque de foco o bombilla, iluminar el entorno que rodea la profesión y reconocer sus herramientas, sus aplicaciones e implicaciones para después centrarse o especializarse en una de sus áreas,  iluminar como un láser, un solo punto.
     El riesgo de diseñar a nivel Licenciatura un programa académico altamente especializado es perder la luminosidad del entorno y formar profesionales especializados en determinada área pero incapaces de reconocer la información del ambiente, de tomar decisiones asertivas y asumir sus consecuencias; de vincular su trabajo con el de otras áreas y diagnosticar integralmente las problemáticas que se les presenten. En términos del ejemplo médico, carecen del conocimiento del cuerpo humano y sólo (re)conocen como funciona una de sus partes.
     Si no somos capaces de entender el todo en un contexto general, ¿cómo podremos encontrar la solución a un problema si éste se encuentra, precisamente, fuera de él? Este es uno de los desafíos de la Educación Superior; diseñar programas educativos hiperespecializados que promuevan el desarrollo de una tarea, capacitando o adiestrando en una profesión, sin  requerir análisis y privilegiando la aplicación (enfoque láser)  o comprometerse con el desarrollo integral de la persona formando profesionales especializados pero ante todo agentes de cambio social, comprometidos y socialmente solidarios (enfoque de foco).



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