martes, octubre 26, 2010

Violencia laboral

Autora: Lourdes Pérez Oseguera
Publicado: Puebla on lane, 13 de octubre de 2010

     "Debe darse prioridad al desarrollo de
una cultura del lugar del trabajo centrada en lo humano, basada en la
seguridad y la dignidad, en la no discriminación, en la tolerancia,
en la igualdad de oportunidades y en la cooperación"
(Ma. Fernanda, Lubia y Gabriela
Estudiantes de 8tavo y 9no
     Semestres de Psicología en la
UIA-P)
     La violencia laboral en sus diferentes manifestaciones, como el hostigamiento y el acoso sexual en el trabajo, son un indicador patriarcal de la permanencia del mismo en nuestro mundo. Desde hace más de tres décadas, a partir de Conferencias Internacionales, Protocolos y Convenciones y, posteriormente, por la creación de leyes a favor de las mujeres y contra la violencia, reiteradamente escuchamos hablar, investigar y debatir en los medios entre especialistas, en los círculos de amistades y familiares sobre la violencia familiar. Sin embargo, muy pocas veces reflexionamos sobre otro de los problemas, no menos grave, que es la violencia en el ámbito laboral llamado hostigamiento laboral o acoso sexual que se manifiesta en los espacios laborales, o en el trabajo diario de quienes se ganan la vida laborando en los hogares; y menos aún sobre sus estragos y consecuencias en la salud física y psicológica de las mujeres y sus repercusiones en la economía doméstica y en el ámbito social.
     Hablar de violencia es complejo por todo lo que implica tanto a nivel personal como social. Hay que recordar que cuando hablamos de violencia de género o violencia contra las mujeres estamos haciendo alusión a formas distintas en espacios diversos. De acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se contempla que la violencia de género se detecta y se ejerce en el ámbito familiar, en los ámbitos laboral y docente, en la comunidad (actos de discriminación); al interior de las instituciones, y por último, la más terrible: en la violencia ejercida para eliminar de plano a una mujer: la violencia feminicida.
     Es importante en este apartado hacer una distinción de los términos que aducen violencia laboral y que en términos generales se concretan en: el acoso sexual, el hostigamiento laboral y el acoso moral en el trabajo. Aunque los tres son muy similares y nos remiten a un mismo problema, tienen sus especificidades. El primer concepto tiene connotaciones abiertamente sexistas y/o machistas. Según la OIT, para que haya acoso sexual en el trabajo deben integrarse tres elementos: un comportamiento de carácter sexual que no sea deseado y que la víctima lo perciba como un condicionante hostil para la realización de su trabajo. Osborne (p. 143) nos dice que el acoso sexual es una manifestación del poder patriarcal que convierte a la mujer en objeto y logra así tantos fines como se quiera: lograr la cohesión del grupo de los varones, poner en su sitio a aquella que ambicione demasiado o a la que resulta demasiado crítica... Por otro lado, el hostigamiento laboral y el acoso moral en el trabajo son tan similares, que muchas veces son utilizados indistintamente, y por ello varias autoras/es como, Hirigoyen nos hablan de situaciones similares y lo definen así: es toda conducta abusiva (gesto, palabra, comportamiento, actitud...) que atenta, por su repetición o sistematización contra la dignidad o la integridad psíquica o física de una persona poniendo en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo. ( p. 19)
     Todos estos no son temas asilados; su origen está en el sexismo que rige la segmentación del mercado de trabajo e incluso la vida entera de las organizaciones. A pesar de ser un viejo problema, apenas desde hace muy poco tiempo la academia se empieza a interesar en la sexualidad y los roles sexuales implicados en el acoso y la forma que adopta en las organizaciones. "Sólo muy recientemente se ha comenzado a resaltar que el trabajo lo realizan cuerpos concretos y que las empresas se hallan montadas sobre la diferencia de trabajo productivo y reproductivo" (Osborne p. 143).
     "Con la división de la economía entre lo público y lo privado y la paulatina incorporación de las mujeres al ámbito de lo público, el patriarcado amplía su esfera de acción del espacio de lo privado al espacio de lo público en el momento en que traslada a este último el modelo de relación patriarcal familiar: el varón como proveedor y protector a cambio de la subordinación de la mujer" (Osborne p. 143).
     ¿Por qué hablo de este tema? por una nota encontrada en un periódico local hace poco más de un año que decía así: Puebla es el segundo estado del país donde más se ejerce la violencia en contra de las mujeres en su centro de trabajo. De acuerdo con la más reciente edición del "Panorama de la violencia contra las mujeres en Puebla", publicado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), "...de las 446 mil 112 mujeres de 15 años y más, ocupadas en el sector laboral como empleadas, obreras y jornaleras, el 37.3 indicó algún tipo de violencia en sus centros de trabajo. Estas conductas van desde las violaciones a sus garantías como trabajadoras: despidos injustificados, mayores exigencias de productividad y de tiempo, así como también el acoso y el hostigamiento sexual".
     Concluyo: el tema de violencia en el trabajo nos remite a muchas situaciones no resueltas en nuestra sociedad. Por un lado, el Estado no ha logrado cambiar el imaginario social de las mujeres, puesto que en la sociedad no hemos logrado posicionarnos como sujetas de derechos, rezagos culturales, crisis económicas, vacíos legales, y desde luego, por nuestras propias resistencias al cambio que nos siguen poniendo en riesgo. Y por otro lado, la falta de aplicación de la ley, la ley de "Acceso de las Mujeres por una vida libre de violencia" que no se ha armonizado con normativa y códigos penales y por lo tanto, aunque exista, en la práctica no ha sido aplicada. Urge la elaboración de la normatividad y la armonización de las leyes para la aplicación efectiva de estas en la salvaguarda de los derechos de las mujeres.

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