martes, noviembre 09, 2010

¿Perdemos el tiempo si le damos “tiempo” a la convivencia en la escuela?

Autora:Teresa Eugenia Brito Miranda
Publicado: Síntesis, 8 de noviembre de 2010

     Algunos comentarios sobre bullying o acoso entre compañeros plantean que éste no es más que una moda pues siempre ha habido pleitos escolares como parte de la vida cotidiana de los niños.
     Esta postura no considera que el entorno sea ahora más violento para todos y en particular para los niños que la viven de manera distinta a los adultos. Algunas investigaciones muestran que los niños están cada vez más expuestos a la violencia de manera cercana, muchos la viven en sus familias, y presencian actos violentos en sus barrios, por no hablar de lo que ven en los medios. Esto preocupa  a los educadores pues la forma en la que los niños personalmente  enfrentan y reelaboran lo ocurrido puede dañarlos seriamente. Se sabe que los patrones tienden a repetirse y no es la excepción cuando se trata de conductas violentas que día a día se van haciendo cada vez más naturales. Por ello, el espacio que se le dé en la escuela a las formas de enfrentar los conflictos, los desacuerdos  y las intolerancias, es un trabajo urgente. No es una pérdida de tiempo sino una inversión en el tejido social, en la construcción de redes de apoyo de los propios niños, sus familias y su entorno.
     Esto no es algo que tienen que enfrentar solas las familias, ni la escuela o los gobiernos. 
     Todos tenemos una parte que aportar. Como ciudadanos es importante exigir que se planteen políticas orientadas a que en todas las escuelas se atienda el problema de manera educativa. Algunos gobiernos como el del DF han comenzado a plantear acciones mediante investigaciones que nos digan qué tanto se presenta el fenómeno en las escuelas, la capacitación de los maestros en el trabajo asertivo de los conflictos así como  el apoyo a las familias de los niños víctimas del bullying mediante acciones puntuales como servicios de orientación.
      En el estado de Puebla, no contamos con una política sobre la convivencia escolar claramente explícita. Es necesario poner los medios concretos y adecuados para trabajarla. Es urgente que la escuela recupere el espacio como centro social en los barrios para construir y fortalecer el tejido social. Hace falta poner los medios a través del pronunciamiento de políticas que lo promuevan.

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