Autor:
Gonzalo Inguanzo Arteaga
Publicado: en
Lado B, 11 de octubre de 2011
Para
muchos estudiar en la Universidad puede verse como un elemento de
neutralización de desigualdades sociales y en este sentido puede entenderse que
tener esta oportunidad funciona como un ascensor social. La mayoría de los
alumnos que asiste pertenece a familias que tienen mayores recursos económicos
y sus padres tienen estudios universitarios; por otra parte, los estudiantes
que proceden de hogares con bajo nivel educativo y que generalmente están
asociados a familias de menos recursos económicos nutren el colectivo de
quienes, además de estudiar una carrera, tienen trabajos a medio tiempo, lo que
muchas veces repercute de forma negativa en su desempeño académico.
Lo
dicho anteriormente puede ser aceptado por muchos y en este sentido es
interesante escuchar en el medio universitario que los estudiantes te mencionen
sin la menor duda que estudiar una licenciatura ya no es tan importante, en sus
propias palabras lo consideran solo un paso “obligado” para poder estudiar un
posgrado porque sin este no podrán acceder a un buen trabajo. Y es cuando
debemos cuestionarnos si no estamos enfrentándonos a alumnos que buscan
realizar estudios profesionales “light” y solo centrado en la meta; lo
importante es aprobar las materias y vencer los obstáculos de esta etapa.
En
mi experiencia como estudiante de nivel superior (licenciatura, maestría y
doctorado) creo firmemente en el valor primordial de lo que sucedió mientras me
formaba como licenciado. El cómo te implicas en la adquisición de conocimientos,
la pasión con la que discutes (muchas veces sin recursos) con tus maestros y
propios compañeros, el aprender sobre tus potencialidades para reajustar tus
estrategias de estudio, esa sensación de bienestar al reconocerte en un campo
especifico de la profesión, el ir descubriendo tus motivaciones para el
replanteo de un futuro proyecto profesional, el aprender de tus errores al
enfrentar problemas nuevos, el aceptar que al final de tu carrera estarás
adoptando por convicción una forma de vida en relación al mundo que te rodea,
etc.
Creo
que como docentes podemos y debemos mostrar a nuestros estudiantes el valor de
los estudios de licenciatura, que lo que allí sucede no es un paso más, es un
escalón sumamente importante en el que se establece la potencialidad de lo que
podrás aportar para ti y para los demás.
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